•  “Ya llegué, aquí me quedo”, señaló, gesto que arrancó una oleada de aplausos de los feligreses

José Carlos Gatica 

Con alegría y en un ambiente de fiesta, cientos de feligreses chilapenses recibieron al nuevo Obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.

En la Glorieta “Eucaria Apreza”, cientos de personas se dieron cita por la mañana de este miércoles para recibir al prelado católico, quien estaba acompañado del Administrador Apostólico, Salvador Rangel Mendoza, así como sacerdotes de la región.

Había una banda de música de viento entre la hermandad del santísimo, niños de la catequesis, jóvenes, mujeres vestidas con trajes de acateca y personas de San Jerónimo Palantla, así como feligreses de otras localidades de Chilapa.

A su llegada, el nuevo Obispo saludó a la gente a su paso, subió a un templete y desde ahí agradeció que las autoridades municipales le hubieran entregado la llave de la ciudad.

Posteriormente el contingente que encabezada González Hernández, avanzó por la Avenida Revolución hasta llegar a la Catedral de Chilapa que ya lucía abarrotada de fieles católicos.

Salvador Rangel Mendoza, administrador apostólico de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa y ahora ex obispo de la misma, fue el encargado de dar la bienvenida oficial a su relevo.

Durante su intervención después de haber iniciado la misa, el prelado católico señalo que se llena de alegría y se engalana por el nuevo obispo, por lo que le daba gracias a la santísima virgen.

“Aquí hay un buen grupo de católicos, porque Guerrero se distingue por ser un pueblo religioso, tradiciones e historia; San David, San Margarito estudiaron los mártires en Chilapa”, le dijo Rangel Mendoza a José de Jesús.

Asimismo, indicó que Chilapa siempre ha gozado de una gran historia por el seminario que aquí se imparte, motivo por el cual, destacó, al municipio se le conoce como “La Atenas del Sur”, y pidió que “siga así”.

Informó al nuevo Obispo que actualmente en la Diócesis hay 155 sacerdotes, 6 diáconos permanentes y 3 diáconos transitorios, además de 79 seminaristas.

“Te va tocar gran tarea, introducir a la diócesis a la Sinolalidad donde todos caminemos juntos”; abundó.

Y remató: “No te recibe el pueblo de la Diócesis sino que tú lo recibes, queremos estar en tu corazón, en tu mente e inquietudes pastorales. Esta es tu casa y este es tu pueblo. Bienvenido”.

Posteriormente, el Arzobispo Leopoldo González fue el encargado de leer un juramento en donde se le pidió que cuidara del rebaño como pastor de la iglesia de Dios. Enseguida, le pidió a José de Jesús tomar posesión de la silla del Obispado.

En su intervención, éste último agradeció a todos por su bienvenida, así como a la prematura del Nayar en donde le enseñaron a ser Fraile.

A la diócesis agradeció por recibirlo en la fe, esperanza y amor. “Ya llegué, aquí me quedo”, señaló, gesto que arrancó una oleada de aplausos de los feligreses.

A Salvador Rangel le agradeció por entregarle esa familia diocesana, pero también agradeció al también ex obispo de la misma diócesis, Alejo Zavala; al clero, a las religiosas y al pueblo que ya lo esperaba con entusiasmo.

“Les expresó mi sueño ante esta familia diocesana, yo andaré con ustedes, adelante, para guiarles después de una buena contemplación del señor ayudado por la virgen de la Asunción. Ustedes cuando me vean iluminado, me siguen porque es obra de Dios”, culminó. API