• Salud, Economía y Seguridad: los grandes pendientes de la Cuarta Transformación.

Evodio Velázquez Aguirre

@evodiovelazquez

Analizando con objetividad los indicadores de nuestra economía vemos que este 2022 será un año sumamente complicado, y es que el antecedente nos dice que durante el 2020 el producto interno bruto (PIB) sufrió su peor caída desde los años treinta al desplomarse en 8,2 %, mientras que en el 2021 hubo un alza de alrededor del 6 %.

Además la tasa de desempleo en México, en octubre de 2021, de acuerdo al INEGI, se ubicó en un 3.9% de la población económicamente activa (PEA), es decir, 2.3 de 59.8 millones de personas con un trabajo formal. 

Estos indicadores son referentes claros de la caída en los micronegocios y sus cierres posteriores, así como también lo que han influido en la macroeconomía con la salida de capitales extranjeros y nacionales, como recientemente pasó con Citibanamex y afectando a sectores como el turismo, donde se sostienen economías estatales como las de Guerrero.

Estos factores nos indican que tendremos momentos complicados para los bolsillos de los mexicanos, ya que la tasa inflacionaria arranca con más del 7% comparado con el peor momento en el año 2000, eso se refleja en una espiral de aumento de precios en productos de la canasta básica como la carne, granos básicos, huevo, frutas y legumbres; un ejemplo claro es el kilógramo de limón que llega a costar de 70 a 100 pesos; el aumento al gas y por supuesto el aumento de la gasolina con cifras excesivas.

Estas son las cifras reales y cómo calificar a nuestro país a nivel internacional, pero con todo ello pareciera que se busca que la percepción sea diferente no aceptando la realidad.

También creo que hay que ver en qué consiste lo que se ha avanzado por parte de la 4T en el sentido del combate a la corrupción; los ahorros del gasto público direccional en el Presupuesto de Egresos de la Federación; los recursos para programas sociales a diferentes sectores, no suficientes pero importante para ayudar a las familias más pobres y grupos vulnerables; y analizar, en lo que va del sexenio, los recursos etiquetados principalmente para las magnánimas obras del gobierno, que  más bien parecieran un capricho ya que han sufrido cambios de manera constante, por lo que sin lugar a dudas esos insumos deberían redireccionarse.

Lo que aspiramos los mexicanos es tener condiciones laborales que permitan generar bienestar; Mexico es un país con una gran riqueza natural; con potencial turístico; con potencial en el campo, del que no se ha podido generar la sustentabilidad para abastecer el mercado interno y con industria que requiere el impulso a la pequeña y mediana empresa, abrir a la inversión y generar estímulos fiscales y competitividad en la industrialización de productos y servicios que puedan generar exportaciones e importaciones; por eso es importante revisar la posición que ocupamos en los tratados de libre comercio con EU y Canadá, así como Sudamérica, la comunidad europea y las potencias asiáticas como China, Japón, Vietnam y otros.

Esperemos los cambios que tanto necesita el país para bien, está pendiente la Reforma Energética, una política sin más aumento de impuesto y parando la espiral inflacionaria, una iniciativa profunda para fortalecer el sector primario y que haya empleo para los mexicanos y disminuya la desigualdad y la pobreza.

Una economía sana requiere una distribución equitativa de la riqueza, mediando entre los sectores  y los estratos sociales. El reto es grande y sigue siendo uno de los grandes pendientes del gobierno y la Cuarta Transformación, porque todo se puede perdonar, menos que falte lo necesario para alimentar a la familia y hoy con un gobierno de izquierda se debiera hacer de la política económica una oportunidad.

Aunado a esto falta hacer el análisis del tema más delicado que prevalece en México, la inseguridad. Pero esa es otra historia y será motivo del próximo artículo.