• Juan Miguel Pantoja, miembro de Guerreros Unidos, declaró a la CNDH que a los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, los asesinaron y quemaron en ese lugar, e incluso explicó cómo lo hicieron

Redacción

El integrante de Guerreros Unidos, Juan Miguel Pantoja, mejor conocido como ‘El Pajarraco”, y presunto participante en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, el 26 de septiembre de 2014, aseguró que los jóvenes fueron quemados en el basurero de Cocula.

‘El Pajarraco’ fue detenido en 2018, luego de 4 años de persecución, pero fue liberado por orden de un juez cuando iba a confesar todo lo que sabía sobre la desaparición de os 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa.

Previo a su liberación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) lo pudo entrevistar, pero su relato que no tuvo valor judicial a pesar de que dio detalles de lo que les hicieron a los jóvenes aquella noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014, reveló el diario Milenio.

Añadió que “‘El Pajarraco dijo a los visitadores de la CNDH que deseaba declarar todo lo que sabía de la desaparición de los normalistas porque quería descargar su conciencia, ya que desde que ocurrieron los hechos no podía dormir bien, tenía pesadillas y no podía vivir tranquilo; deseaba decirles a los padres de los estudiantes que ‘ya no los busquen porque todos murieron al ser incinerados en el basurero de Cocula’”.

Juan Miguel Pantoja fue señalado por varios miembros de Guerreros Unidos que fueron detenidos, por su presunta participación en la desaparición de los normalistas, durante las declaraciones que hicieron a las autoridades, en el 2014, pero cuando fue detenido dijo no haber participado de la ejecución de los normalistas, pues él no utilizaba armas de fuego.

De acuerdo con la declaración de El Pajarraco ante la CNDH, él se encontró con los miembros de Guerrero Unidos en un tramo de la carretera cerca de Cocula, donde se dirigieron hacia el basurero, pero en el trayecto, en una camioneta donde llevaban hacinados a los estudiantes, les iban disparando.

Una vez en el lugar se dio la orden de ejecutar a todos los presentes con armadas largas y cortas, incluso rematar a los que siguieran vivos, para después arrojar los cuerpos hasta el fondo del basurero.

Después —según la declaración de ‘El Pajarraco’— los integrantes de Guerrero Unidos armaron con llantas, palos y ramas, una especie de “cama” junto con los cuerpos de los estudiantes para incinerarlos.

Según el testimonio de Pantoja, les abrieron la boca a 15 estudiantes, “los más gorditos”, y les introdujeron el cuello de una botella de plástico a manera de embudo para vaciarles diésel y así “rellenarlos de combustible”; después los rociaron con el mismo combustible.

Así procedieron hasta terminar de apilar los cuerpos y prenderles fuego por casi doce horas desde la madrugada hasta casi el medio día.

Al día siguiente de la incineración de los cuerpos, el grupo volvió al lugar para recoger las cenizas, sin embargo, debido a la lluvia que cayó durante el 27 de septiembre del 2014, sólo pudieron juntar restos con lodo, mismo que fue puesto en unas bolsas negras.

Las bolsas de aproximadamente 50 kilos cada una, fueron trasladadas hasta la colonia Vicente y luego al puente del Río San Juan, donde estacionaron de reversa la camioneta  donde las transportaban y lanzaron las ocho bolsas al río, pensando que serían arrastradas por la corriente.