Por R. Salgado L.

Los diversos momentos de crisis económica han estado desembocando en agudas etapas de descomposición hacia el interior del Ayuntamiento Municipal de Chilpancingo, con graves y severas repercusiones hacia la sociedad de la capital del estado.

Hay quienes sostienen que las alternancias en el poder público se producen como un fenómeno socio-político que implica necesariamente un proceso de cambio para bien de la ciudadanía; sin embargo, esto no siempre ocurre y en no pocas veces hemos contemplado escenarios que han decepcionado y debilitado la esperanza de los propios gobernados.

Resulta también convincente, de que es la voluntad popular a través  del voto libre, directo y secreto, la que garantiza el acceso a las responsabilidades públicas y que todo ello es producto del resultado de las ofertas electorales que se dan a través de la vía de los partidos políticos, y que cuando estos se pervierten o se deslegitimizan por sus perniciosas prácticas, difícilmente logran seleccionar a los mejores cuadros, sino a aquellos que mejor se acomoden a sus inconfesables intereses.

Pudiera no ser el caso de Chilpancingo el que logre asemejarse a lo descrito, a pesar de que de manera relativa alcance tener cierto parecido; la comuna municipal aún no ha encontrado la ruta de los entendimientos, ha faltado la fuerza moral de quien pudiera cohesionarlos y el interés superior de que independientemente a su diversidad partidista o ideológica, los concite a generar y valorar la conciencia de que la ciudadanía concurrió a las urnas y cifró sus  esperanzas  en la búsqueda  de un mejor futuro.

Han sido innumerables los momentos en los que la actividad y el funcionamiento del Ayuntamiento han sufrido manifestaciones reiteradas por el incumplimiento del pago oportuno de los salarios a los trabajadores y en no pocas veces la suspensión de los servicios públicos ante la insuficiencia presupuestal y financiera del mismo Ayuntamiento.

La ciudadanía no ha encontrado una sola explicación, objetiva, transparente y realista que de razón suficiente para entender qué es lo que verdaderamente ocurre en el interior del municipio y cuáles son las causas que motivan las frecuentes desavenencias:

·       Se aduce la existencia de un elevado, exagerado e innecesario personal que mantiene abultadas las nóminas.

·       Rumoran del ocultamiento de nóminas especiales que operan con evidente discrecionalidad.

·       Se habla de exorbitantes salarios y apoyos que se otorgan con cierta opacidad.

·       Se especula de una total irregularidad en el manejo de los recursos públicos, etc., etc.

De gota en gota, el vaso ha llegado a su límite y se ha desbordado; la supuesta Sesión Pública y Solemne que debió realizarse el pasado día sábado 14, sufrió un marcado desaire al no asistir 8 regidores de los 15 que conforman el Cabildo, ocasionando la indignación no solo del Ejecutivo del Estado sino de la propia ciudadanía.

Causa extrañeza la opacidad e indiferencia de como transcurren estos acontecimientos y que la ciudadanía no tenga ni la mínima explicación de lo que está ocurriendo. Hay intensas mareas que pueden lograr controlarse, pero que cuando se transforman en agitadas tempestades, no existen fuerzas ni poderes que puedan detenerlas.

Aun año en el ejercicio de gobierno municipal, resultan inaceptables los constantes momentos críticos que se han vivido, urgen acciones de emergencia e impostergables que le den orden, transparencia y buen rumbo a una institución que no merece fracasar, porque su destino está íntimamente ligado a la suerte de la colectividad.

A nadie conviene que el orden institucional de nuestro Municipio navegue a la deriva, expuesto al caos y al deterioro; existen sanas voluntades de varios actores políticos en la misma comuna municipal, hay liderazgos de buena fe que mantienen positiva conciencia de la problemática, pero es innegable que existen fuerzas extrañas, ocultas  que se activan con perversidad en el afán de trastocar la vida social de los chilpancinguenses.

Tres exigencias son necesarias: La transparencia, la disciplina y la honradez.