Isidro Bautista

Las vivas fueron más para López Obrador que para el Grito de Independencia.

Eso debe ocupar a los partidos que no sean Morena, principalmente al PRI, PAN y PRD, y en particular, en Guerrero, por la gubernatura.

Como nunca antes había ocurrido con ningún un presidente del país, el político tabasqueño fue ovacionado por la multitud en un hecho que muchos aún no lo creen, o no lo quieren creer.

Y a las horas posteriores de la ceremonia del Grito, todavía aumentó el nivel de aprobación ciudadana por el ejercicio de su gobierno.

Nada le ha hecho mella. Parece que sigue en campaña, como candidato… feliz, feliz, feliz.

Y con su simpatía aumenta también —obvio— el número de seguidores de su partido. Morena no sería nada sin él. Y casi todos los que son representantes populares tampoco lo serían sin él.

Alguien dijo, hace ciertos lustros, que hasta con una vaca como candidata, ganaría el PRD en Acapulco, y desde luego que ganó y volvió a ganar ese municipio no precisamente con un semoviente.

AMLO ha ganado en Guerrero como candidato presidencial, clarísimo, contundentemente, y como, hasta el momento, van las cosas —aunque son fustigadas a cada paso por sus oponentes— es segurísimo que volvería hacer triunfar a su partido con la mano en la cintura en esta misma entidad federativa, específicamente.

Por eso concretamente el PRI tiene que ponerse las pilas y mantenerlas recargadas todo el día, no obstante de que haya voces que digan que nada tiene ya qué hacer.

No tiene que desaprovechar ningún tiro. Tiene que tocar las campanas todo el día como para llamar a misa, y por supuesto, ir por las ovejas descarriladas, sin hacer menos a nadie.

Así como López Obrador tiene hipnotizada a la gente más con sus dichos que con sus hechos, así debe actuar el PRI, mediáticamente, casi las 24 del día, si no para retener la gubernatura, disputar la mayoría del Congreso del Estado y de los ayuntamientos.

Ninguno de los que se asoman como posible candidato a gobernador, como Manuel Añorve, Mario Moreno (que ya se siente nominado), Héctor Apreza, etcétera, tienen la estatura política para dar batalla al Sansón que hay dentro de Morena, partido que, en cambio, podría ganar con una vaca o un toro postulado como candidato si la elección fuera realizada el domingo próximo, con Félix Salgado o Luis Walton, sobre todo.

Héctor Astudillo Flores, si bien es cierto que ha asumido un papel de gobernante responsable y respetuoso, debe echar toda la carne al asador en el tiempo que resta de su gobierno, de ser necesario con cambios en su gabinete, pues son pocos los colaboradores que le han guardado lealtad y trabajado cabalmente. Hay quienes despachan desde su oficina de confort, llevándosela nadando de a muertito.

Lo sucedido la noche del Grito con López Obrador es un signo que debe preocupar y ocupar a sus oponentes, quiérase o no. isidro_bautista@hotmail.com