RAÚL SALGADO L.

Históricamente las entidades con mayor índice de subdesarrollo lo han sido Oaxaca, Chiapas y Guerrero, y en el largo, complejo y hasta competitivo proceso han evidenciado serias dificultades para lograr superar sus severas carencias, a pesar de los esfuerzos institucionales, estos han sido inconsistentes, esporádicos, mediáticos, o con muy escasa visión para direccionar con mayor eficacia la aplicación de políticas públicas con mayor rigor y estricta disciplina.
En el reciente “corte de caja” realizado por la Institución encargada de medir y evaluar la eficacia y eficiencia en la aplicación de las políticas sociales, el CONEVAL, arroja cifras interesantes, que al mismo tiempo detonan preocupación ante el elevado número de compatriotas que aún viven en la pobreza y se profundiza la angustia, de que un buen número de ellos se debaten en la pobreza extrema.
El importante informe del CONEVAL tiene como sólido respaldo la medición, que se realiza a través de seis “indicadores” o elementos de carencia social que pretenden reflejar las condiciones de vida de los mexicanos y que deben servir no solo para lamentaciones, sino para direccionar a través “de tiros de precisión” las suficientes políticas públicas que remedien en corto plazo este lastimoso estigma.
Estos indicadores deben ser de la agenda básica en toda acción de gobierno y de asuntos de atención prioritaria para toda la sociedad.
La pobreza debe ser preocupación de toda la sociedad, son habitantes mexicanos que la vida los ha colocado lamentablemente en situación de abandono.
Los indicadores que motivaron la Evaluación fueron:
• Rezago Educativo
• Acceso a la Salud
• Acceso a la Seguridad Social
• Calidad de la vivienda
• Servicios Elementales en la Vivienda
• Acceso a la Alimentación.
En materia de rezago educativo, nuestra entidad mantiene una elevada cifra de analfabetismo, así como de un número considerable de quienes aún no han concluido su Educación Básica. Aunado a esto, el delicado ausentismo de maestros, suspensiones de días de trabajo fuera del calendario escolar, etc., ocasionan que las cifras negativas se mantengan. Esto no puede seguir ocurriendo y mucho menos bajar la guardia; reclama de un esfuerzo intenso y sostenido del magisterio guerrerense, de padres de familia, de autoridades y de toda la sociedad. Existen fortalezas para que este indicador corra mejor suerte.
El acceso a la salud debe ser asunto de relevante atención; revisar a profundidad la operación del servicio y enderezar los esfuerzos para que ningún guerrerense esté desprotegido. Las brigadas médicas, las modestas clínicas o casas de salud deben motivar la emoción de autoridades, médicos y enfermeras y la dotación mínima de medicinas, sobre todo para los más pobres del estado.
En lo referente a la seguridad social se debe procurar enfocar que toda ayuda social, despensas, láminas, cemento, etc. vayan en dirección precisa a los núcleos de población más desprotegidos.
Que la calidad de la vivienda garantice la más mínima condición para evitar el hacinamiento, continuar con la política social de “un cuarto más”, de agua potable, de drenaje rudimentario, etc.
Que el acceso a la alimentación se pueda garantizar mediante esfuerzos directos de autoridades municipales y la redefinición del esquema de comedores comunitarios o bien de despensas direccionadas a las poblaciones en franca pobreza extrema.
No puede haber equivocación y mucho menos omisión del Gobierno de la Republica para impulsar programas y proyectos para las Entidades más pobres del país, los resultados del CONEVAL deben ser las líneas precisas para direccionar las políticas que den sustento a un auténtico desarrollo regional.
El trabajo debe ser de todos, aprovechemos la actitud responsable, moderada, discreta y prudente de nuestro gobernante en el estado, quien ha estado remando siempre cuesta arriba, ante los múltiples problemas que nos aquejan, pero que mantiene muy en alto sus ideales y preocupaciones para que la entidad camine con dignidad, por la vía de la paz y estabilidad social y política.
Las cifras del CONEVAL deben significar un serio reto para los guerrerenses: ¡Hagamos lo que nos corresponda hacer, por orgullo y dignidad!