Jorge VALDEZ REYCEN

Jorge Gage Francois, el villano del abono
Servidores de la Nación, emisarios del odio
Lapidario, Astudillo deplora uso clientelar

Lo que mal empezó… mal terminó.
La crisis del fertilizante que estalló en mayo, se agudizó en junio y polarizó en julio, hoy revela, a principios de agosto, al responsable directo del fracaso: un desconocido Jorge Gage Francois, indolente e insensible funcionario federal que desde una oficina de la Ciudad de México operó con desgano, indiferencia y desdén, a control remoto, uno de los programas emblemáticos del presidente Andrés Manuel López Obrador para apoyar a los campiranos guerrerenses.
Gage Francois se convirtió en el villano del abono, junto al equipo de ‘Servidores de la Nación’, los auténticos emisarios del odio y el rencor, que utilizaron todas las malas artes de su improvisada encomienda para tirar al basurero los buenos y nobles propósitos presidenciales.
El recuento de los daños fue hecho en 12 minutos con 11 segundos de lectura por el gobernador Héctor Astudillo Flores. Lapidario en sus conceptos, el jefe del Ejecutivo guerrerense dijo que 70 mil productores del campo quedaron fuera del programa de fertilizante gratuito. Que a pesar de haberse hecho más de 100 reuniones en las siete regiones, con todos los presidentes municipales, “nunca se dieron a conocer los nombres de beneficiarios del padrón”.
Dicha indefinición del padrón, generó diversas interpretaciones, como la manipulación política de los ‘Servidores de la Nación’ que actuaron por consigna, uso clientelar partidista y malos tratos.
La crisis del fertilizante provocó 130 bloqueos de carreteras, saqueos de bodegas, privaciones ilegales de la libertad y un verdadero desorden que trastocó la gobernabilidad en el campo y generó irritación social.
En diversos espacios se ha documentado que el fertilizante tuvo un sobreprecio hasta de 300 millones de pesos, cuando el año pasado costó mil 200 millones y ahora son mil 500 millones de pesos. También, que el insumo fue importado desde Corea del Sur, reenvasado por la empresa ganadora de la licitación y hasta otros gastos que habrían reportado 60 millones de pesos adicionales al gasto de operación. Todo no ha sido explicado y permanece en la opacidad.
En ese mar de dudas, incógnitas, pésima operatividad, malos manejos administrativos, uso clientelar del programa, indolencia del pícaro bribón Jorge Gage Francois y la aquiescencia del delegado de los Programas Federales para el Bienestar, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, el programa llegó a su fin como empezó: mal.
En un ejercicio político de deslinde, a manera de posicionamiento mediático, el gobierno de Héctor Astudillo Flores puso en claro su desacuerdo, inconformidad y molestia manifiesta ante el fracaso del programa de fertilizante.
Como acto de cortesía política, republicana, Astudillo agradeció al presidente de México su disposición y desprendimiento en favor de los campesinos, detalle noble y bien intencionado, que por desgracia fue desvirtuado.
Como gobernante previsor, llamó a no cerrar el programa y seguir entregando el agroquímico a todos los 70 mil campesinos que faltan. Y también, a diseñar un programa alimentario emergente para resarcir posibles afectaciones y pérdidas que seguramente ocasionará la tardía entrega.
Las voces de los senadores de la República, Félix Salgado Macedonio y Manuel Añorve Baños, se han sumado al eco de las protestas de los campesinos marginados de los apoyos. El cese del villano del abono, Jorge Gage, podría ser el siguiente episodio de esta tragicomedia. Quemarlo como chivo expiatorio en leña verde, sería lo elemental de la lógica ante el escándalo. Pero… ¿y el autor intelectual de los trastupijes? ¿Nada? ¿Impunidad? ¿Intocable? ¿Impoluto?
Como se quiera ver, esto le pegará al presidente. La factura se cobra. Lo que pudo ser la luna de miel de AMLO con el campesinado guerrerense, se tornó en divorcio y de malos términos.
Y los culpables, hasta ahora más visibles, son Gage Francois y los ‘Servidores de la Nación’ o llamados “usurpadores de la nación”. El hilo se reviente, en política, por lo más delgado. Y Gage se sostiene por un pelito de rana calva…
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.