Felipe Victoria
A la Guardia Nacional, ¿le quedó grande al jinete, o faltó jinete?
Pegadora una rola interpretada por Alicia Villarreal, en que reclama que a ella le faltó jinete y a su pareja le quedó grande la yegua.
Desde hace muchos meses en que comenzaron a darle publicidad a la faraónica ocurrencia de “crear” una apantalladora Guardia Nacional, tras la obstaculizada Ley de Seguridad Interior, la idea jamás fue bien aceptada porque algo alegan que se trata de la militarización del país, disfrazando de policías civiles a soldados y marinos
Además, y por principio, militares y policías se gruñen porque no se simpatizan, y querer mezclar agua y aceite dentro de una misma corporación resulta ocioso.
A mediados del siglo XIX el presidente Mariano Salas decretó la Guardia Nacional que confirmó después Ignacio Comonfort. Benito Juárez nunca tuvo oportunidad de ocuparse de ella y para el estilo duro de Porfirio Díaz dejó de ser necesaria pues impondría el orden y la paz dictatorialmente.
A Luis Donaldo Colosio le entregaron en 1993 una propuesta concreta para instituir la Policía Nacional, suscrita por Roberto Martínez Iglesias, presidente de CEAS en México, (ATESORO COPIA DEL ORIGINAL AUTOGRAFIADO) pero por el Tijuanazo de marzo de 1994, se le quedó a Ernesto Zedillo, quien le encargó su aplicación a Francisco Labastida Ochoa, en Gobernación, y parieron entonces la primera Policía Federal Preventiva utilizando miles de policías navales y militares, proyecto que en los sexenios posteriores irían transformando y deformando a capricho.
En los dos sexenios panistas de Fox y Calderón echó su gatito a retozar el omnipotente Genaro García Luna y subsistieron los negocios oscuros de adquisiciones con Peña Nieto, Osorio Chong y su Federal Preventiva y Gendarmería, a las que Andrés Manuel López Obrador ordena desparecer por corruptas, sin tomar en cuenta derechos laborales de los elementos que obviamente se le pusieron al brinco al debutante secretario de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, negándose a ser incluidos en la Guardia Nacional revueltos con militares y marinos.
Difícil conciliación encargada a Ricardo Mejía Berdeja teniendo encima a la CNDH de ánimo contrario.
Que la protesta y revuelta policiaca pueda utilizarse para ponerle una zancadilla al presidente López Obrador, ni quien lo dude; que lo hagan tropezar se descarta porque el que manda, manda, y si se equivoca vuelve a mandar.