* Marco Leyva se defiende: “no soy rata”
* No he renunciado al PRI; debe refundarse
* No tengo nada de qué avergonzarme, dice
Jorge VALDEZ REYCEN
El expresidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, considerado por amplios sectores de la sociedad como “el peor de los alcaldes”, refutó a través de su cuenta en la red social de Facebook que no “camino con lujos”, ni “tengo nada de qué avergonzarme”.
El usuario Levi Von Ferdinand increpó con obscenidades a Marco Leyva: “Chinga tu pitó pinche güero cagaleches”, le escribió. La respuesta fue: “también se vale opinar así cuando no hay argumentos, saludos”.
Marco Leyva extendió una explicación, que a continuación reproduzco, respetando la redacción y sintaxis:
–“…Si hubo incumplimiento (de una obra en una barranca) pido disculpas la administración que encabezamos fue atípica, difícil, se suspendió el proyecto original por 9 meses y fue como si se empezara otra administración y por supuesto qué hay molestia. En cuanto a las acusaciones de ladron y corrupto son eso, acusaciones indemostrables: mi patrimonio es el mismo antes que empezara como Pte, no tengo posesiones adquiridas durante mi gestion como tal, mi patrimonio lo sabe Hacienda, está publicado en internet desde hace tres años y mi declaración 3 de 3 igual; viví en la misma casa donde crecí, no camino con lujos que mi salario no me de, no ofendo con carros de lujo y durante la pcia., usé un Jetta. No tengo nada que avergonzarme a mi ni a mi familia ni a mis amigos ni a colaboradores. Por eso regrese a darle la cara a mis paisanos y mirarlos de frente. Hoy seguiré cumpliendo en términos de ley las comprobaciones respectivas en los plazos que marca la ley, es cuanto.
Marco Antonio Leyva Mena queda a deber muchas más explicaciones a sus paisanos. No es lo mismo, evidentemente.
Deja en el aire la incógnita de su encontronazo con el jefe del Ejecutivo. No explica lo del Congreso del Estado, cuando el juicio de procedencia era inminente para desaforarlo. Tampoco expone sus motivos de la crisis heredada por basificaciones de trabajadores y parientes afines a su administración. El cúmulo de temas, o el llamado tiradero administrativo dejado al nuevo gobierno de Antonio Gaspar Beltrán.
MAL no explica la situación financiera que enfrenta el Ayuntamiento de Chilpancingo, producto de una desastrosa administración imputable a su gestión “atípica”, que es inentendible. Deja pues un mar de dudas. Se cura en salud de que los señalamientos de corrupto “son acusaciones indemostrables”, cuando se debe decir “comprobables”.
Habla de su patrimonio “que lo sabe Hacienda” y se refiere a la declaración 3×3 que se rinde ante instancias oficiales. Dice que seguirá cumpliendo con las comprobaciones ante la Auditoría Superior del Estado (ASE) y la propia de la Federación, puesto que manejó recursos federales y estatales.
El parque vehicular que desapareció en las actas de entrega-recepción y que documentó la administración entrante de Gaspar Beltrán, es otro pendiente que MAL no explica.
Evodio Velázquez Aguirre, exalcalde de Acapulco, ya lleva meses utilizando las redes sociales para “dar la cara” y exponer su verdad. Y tan entusiasmado está que, ya encarrerado, hasta una anticipada campaña de proselitismo adjuntó a su reality-show. Claro es parte de una estrategia mediática, donde debe ser riguroso en el manejo de datos verídicos, comprobables, auditables.
Tanto Evodio como MAL padecen el mismo síntoma de una virulenta y negativa campaña, donde su imagen pública ellos mismos, nadie más, la confeccionaron y enriquecieron a su imagen y semejanza con sus discursos, posturas y defensas.
Marco Leyva debe explicar su verdad. Evodio ya se adelantó… y se desbocó.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.
