* ¿Jarrito nuevo, dónde te pondré?…
Felipe Victoria
Como ajonjolí de todos los moles o jarabe mágico de merolicos de mercado que dicen cura toda enfermedad o achaque y hasta del “mal de ojo”, la tan mentada Guardia Nacional ya la recetan y aplican para lo que sea, sin que cabalmente esté ya en aptitud operativa, porque siguen reclutando aspirantes a pertenecer a la corporación y a los que les cambiaron uniforme de golpe y porrazo es a soldados y marinos, preparados y entrenados pero para cuestiones castrenses, no de policía civil…
Pero en fin, la ocurrencia genial sirve para disimular la militarización del país, que es de lo que deveras se trata en el tortuoso proceso de la cuarta transformación, en que se les olvidó qué hacer con los elementos caducos e ineptos no acreditados ni certificados de por ahí de dos mil y tantos municipios.
Los policías preventivos del más bajo rango siguen siendo los patitos feos, tratados peor que perros del mal, despreciados por la sociedad, satanizados por los medios, extorsionados por sus mandos inmediatos y reclutados como subempleados de las mañas, dóciles abejas productivas, eso sí de las mieles para los cajoncitos de jefazos y alcaldes.
No previenen nada, protegen pero a los extorsionadores impunes y para colmo, los menos incapaces y de mejor presencia, andan comisionados de servidumbre de funcionarios…
Andrés Manuel López Obrador predicó en el desierto y sus morenos con buenas chambas en la administración pública de los tres niveles, no entendieron ni madres de eso de la austeridad republicana, el nepotismo ni la honrosa medianía juarista; hacen lo que les viene en gana pero son dóciles y lisonjeros con su Mesías.
Aaarajo, al menos al otro Durazo famoso, aunque le gustaba el dinero fácil, por lo menos fue eficaz y eficiente trayendo a raya a la delincuencia…