* Estalla la crisis del fertilizante
* Astudillo no quiere más pleitos
* Surgen los primeros conflictos
Jorge VALDEZ REYCEN
Llevaba una semana completita advirtiendo, en todos sus tonos, siempre mesurado, que el tema del fertilizante no podía esperar. No le hicieron caso.
Hasta que de la sierra llegaron noticias alarmante, llena de incertidumbre y zozobra: militares y policías son retenidos por enardecidos campesinos en exigencia del insumo. ¿Quiénes alzaron las cejas? Luego pasaron al estupor: ¿Cómo crees? No hay motivo, ni razón… pensaron.
La crisis del fertilizante les estallaba en las manos. Otro conflicto estalla. Se suman a un laaaargo rosario de pifias y nula operatividad política del gobierno federal en suelo guerrerense, imputable a un personaje que maneja su imagen entre los bajos perfiles y reuniones semi clandestinas.
Y a las 48 horas de lo ocurrido en la sierra, se dejan venir 200 campesinos de organizaciones ninguneadas, excluidas, marginados de la inmensa bolsa de mil 300 millones de pesos que cuesta el fertilizante y le toman la Autopista del Sol al gobierno federal. Y desde allí, bajo el sol y un calor sofocante de 35 grados, señalaron al súperdelegado de omisión en su encargo.
La crisis le estalló en las manos, como era predecible le iba a ocurrir a alguien ajeno a la idiosincrasia del labriego guerrerense, asesorado por un perfecto desconocido de apellidos Gage Francois, que hasta antes de enero sabía que en Guerrero había un puerto llamado Acapulco… pero conocer los temas agrícolas, los ciclos de siembra, los años de repartirse el fertilizante a campesinos en la entidad, lo dudo absolutamente. Seguro que también los 401 mil productores del agro.
¿Por qué el gobernador no actuó? ¡Porque el representante de la Federación dijo que él podía actuar! Y los resultados están en la interminable fila de vehículos, camiones de carga, de pasajeros, que permanecieron varados en la carretera de cuota.
Astudillo no quiso entrar en pleitos, otra más, con la gente del gobierno federal. Varias veces lo dijo: “no voy a pelear con el presidente de la República, ni con el delegado”. Luego recalcó: “soy el primer interesado en que se cumpla el programa de fertilizante gratuito”. Y más aún: “he pedido a los presidentes municipales apoyen en la entrega a tiempo del fertilizante y su ayuda para que no cobren ni un peso a los campesinos”.
Total que fue el gobernador el que anduvo de la seca a la meca, llevando al delegado y al señor Gage Francois a las reuniones maratónicas con los alcaldes en las siete regiones. Con el objeto de que el programa no tuviera los contratiempos que ya comenzaron a aflorar.
Le doy un dato que no se debe soslayar: Víctor Manuel Villalobos Arámbula, titular de la SEDER federal, designó a Héctor Manuel Popoca Boone como el director del Programa Federal de Fertilizante. ¡No’mbre! El berrinchote que hizo Pablo Amílcar… Total que Popoca fue bocabajeado, destituido y cesado de sus funciones a unos días de haber sido nombrado.
Popoca calló la afrenta, indignante, grosera, injuriosa. Su trayectoria de cuatro décadas en la planeación y desarrollo de Guerrero fue pisoteada por Pablo. Y de eso lo atestiguó Álvaro Urreta Fernández, otro gran conocedor de los problemas del campo guerrerense y amigo de Popoca. Éste podrá tener todos los defectos del mundo, pero su capacidad profesional es probada, proba e intachable.
En Guerrero somos los mismos desde hace 40 años… bueno, ahora los hijos son los que empujan por hacer su propia historia. Pero nos conocemos y sabemos quiénes somos. Se sabe quién es quién, porque Chilpancingo es pueblo chico.
La crisis… esa maldita terca, no la tendríamos si pusieran en los cargos a gente que sabemos saben hacer las cosas y hacen pocas pendejadas para no quedar en ridículo.
Desde los 12 años, escuché a mi tío Reemberto adoctrinarme en un inolvidable breviario cultural, muy actual, que comparto con gusto y evocación a su memoria. Él decía: “pongan pendejos… que pendejadas harán”.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.