* Enconado, conflicto laboral en Congreso
* El 13% de aumento, “es imposible”: Toño
* Helguera “miente y difama”, acusa Lenin
Jorge VALDEZ REYCEN
El clima de crispación social que se vive en las calles de Acapulco, Chilpancingo, Iguala… alcanzó a la sede del Poder Legislativo. La violencia verbal es caldo de cultivo de un conflicto laboral enconado, entrampado, donde las partes en disputa han intercambiado insultos, improperios y descalificaciones. La serenidad no existe.
La crisis, esa terca, obsesiva y violenta, ya escala, como aquí se advirtió SIN MEDIAS TINTAS. Una semana en paro formal, con otra semana previa de encontronazos, generó un movimiento crítico en el Poder Legislativo. Nosotros aquí mismo hicimos un ejercicio de prospectiva, donde el asunto totalmente de índole laboral, ya se tornó en político.
Ya intervino el SUSPEG y otras secciones sindicales en solidaridad con los 165 trabajadores sindicalizados que exigen el 13 por ciento de incremento salarial. La contrapuesta es del 5 por ciento porque “es imposible”, no hay presupuesto, ni dinero otorgar el 13 reclamado.
Y ahí se empantanó el asunto. Lejos de alcanzar acuerdos, comenzaron a intercambiar acusaciones y descalificaciones, en actitud beligerante que encona más aún las cosas.
Lo que amerita el caso es serenarse. Retomar la mesa de negociación, porque se tratan asuntos que deben abonar a la vida de tranquilidad y paz. A nadie conviene tener a los trabajadores enojados, en paro, exigiendo sus derechos laborales. Tampoco que los diputados no sesionen en su sede y eso conlleva a entorpecer sus elementales deberes legislativos.
Ceder no es perder.
Si Antonio Helguera Jiménez ya ha expuesto que no existen condiciones presupuestales, debe ser motivo de analizarse. Y si los trabajadores flexibilizan su exigencia acorde a las cifras de la inflación, como parámetro utilizado en todas las negociaciones de índole laboral, podría distender el caso y alcanzar acuerdos.
Se trata de que ambas partes lleguen a consenso y terminen el disenso. No hay otro camino con menor costo.
Llevar la lucha sindical al terreno político de la movilización callejera, es la interpretación de un excesivo poder de presión que no es útil. Será una ruta perniciosa, desgastante, traumática y hasta dolorosa.
Y si Antonio Helguera Jiménez no logra comunicarse que la petición del 13 por ciento de aumento al salario es imposible, entonces que proponga algo más que el 5 por ciento.
No se han escuchado voces que llamen a ambas partes en conflicto a alcanzar un mínimo acuerdo. Y ese silencio es sinónimo de evitar contaminación, manipulación o intromisión, sea cual sea.
El caso es interno. La crisis es del Congreso del Estado. La solución debe partir desde dentro de ese Poder Legislativo, no desde el exterior.
Lo que está ausente es la calma, la sobriedad y la serenidad en ambas partes. Lo primordial es que ya cesen las descalificaciones y se sienten en la mesa de acuerdos. No hacerlo es y será un error.
Todos los argumentos se deben discutir. Todas las propuestas se deben analizar. Todas las salidas se pueden debatir.
No se debe ver como dos posiciones irreductibles, inflexibles e incapaces de dirimir en el diálogo y la concertación los argumentos esgrimidos en estos 15 días perdidos, extraviados y llenos de confusión.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.