* Monseñor Leopoldo González consideró que los que les ocurrió a los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, “es un dolor para toda nuestra patria” que sanará cuando se encuentre la verdad y se haga justicia

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— El arzobispo de Acapulco, monseñor Leopoldo González González expresó que es necesario buscar la verdad y hacer justicia por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida hace 55 meses, porque este hecho sigue siendo un dolor para la patria y una herida abierta que debe ser sanada.
En su conferencia de prensa dominical, el clérigo señaló que “el crimen de la desaparición de los alumnos de Ayotzinapa es un dolor para toda nuestra patria; yo veo la necesidad de que esclarecida la verdad por organismos que la sociedad considere de su mayor confianza, se actúe en justicia y se busque ya sanar ésta herida”.
“Me uno al dolor de los papás y de la sociedad, en esta situación tan dolorosa que ha sido la desaparición de los normalistas y junto con ellos hago eco de los otros desaparecidos, cuyos familiares están tratando de encontrarlos y que el identificarlos ayude en el proceso de duelo y sea para nosotros un firme empeño que cosas así no se sigan dando”, resaltó.
Pidió a la ciudadanía recobrar la confianza en las instituciones para lograr justicia y que cada persona ayude a la construcción de la paz en Acapulco y en Guerrero.
Cuestionado sobre el Foro para la Construcción de Ciudades Seguras, donde alcaldes y expertos de seguridad coincidieron en que debe existir una mayor participación ciudadana para combatir la inseguridad, monseñor Leopoldo González dijo que la paz y seguridad se construye desde cada persona y quienes están implicados en la formación de los ciudadanos deben poner su mayor esfuerzo para lograr un ambiente de tranquilidad.
“Estamos implicados las familias, escuelas, iglesias y medios de comunicación, todos los que de alguna manera formamos y orientamos el actuar de las personas”, dijo el prelado, quien señaló que a las policías les corresponde brindar protección y la preservación del orden y justicia ante una acción delictuosa.
“La impunidad no apoya la fortaleza de conciencia de mantenernos todos en el bien, sino que socava esa determinación en algunas personas”, dijo el representante religioso.
Sobre el problema que se presentó en días pasados a causa de la sepultura de un sacerdote de la iglesia de San Cristóbal, de la colonia Progreso, sin autorización municipal, el arzobispo dijo que en ningún momento quisieron como iglesia transgredir la ley y pidió disculpas públicas a la alcaldesa Adela Román Ocampo.
Dijo que el extinto párroco en vida pidió a los feligreses ser sepultado dentro del templo, por lo que al fallecer, el miércoles 17 de abril, acudió un representante de la Arquidiócesis de Acapulco a las oficinas de la Presidencia Municipal a solicitar permiso y más tarde le informaron que no se hizo el trámite adecuado y fue negada la autorización.
Ante la falta de permiso, señaló que hicieron gestiones para inhumar al sacerdote en el panteón de Las Cruces, pero cuando fueron para trasladar el cuerpo, los feligreses ya lo habían sepultado en una cripta del templo, por lo que espera ofrecer una disculpa personalmente a la alcaldesa por esa situación.