* “La gente está aquí porque se considera que es la última esperanza de solución para este problema”, expresó hace unos días Manuel Olivares
CIUDAD DE MÉXICO.— Este lunes se cumplió una semana del plantón instalado afuera de Palacio Nacional de personas desplazadas por violencia de Guerrero.
“La gente está aquí porque se considera que es la última esperanza de solución para este problema”, expresó hace unos días Manuel Olivares Hernández, del Centro Regional de Defensa de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, con sede en Chilapa de Álvarez.
“La gente más que nada está aguantando aquí; pero la desesperación y la esperanza de poderse llevar una solución de aquí es lo que los mantiene; saben que en otro lado no va a haber solución y las cartas están apostadas a favor del presidente en cuanto a la solución”.
En ese sentido reiteró la intención de las personas desplazadas de conseguir una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que “la decisión de la gente es permanecer aquí hasta que se tenga esa audiencia y se dé respuesta y solución a las demandas”.
Agregó que para continuar este plantón han recurrido a otras acciones como la toma de la caseta de cobro de Tlalpan en la carretera México-Cuernavaca, “de hecho es la forma de allegar recursos para poder mantener a toda la gente que aquí estamos”, aproximadamente 300 personas.
En tanto que para la señora María, la prioridad es poder volver a sus hogares, “llegar a nuestras casas, que esté limpio y que nos devuelvan nuestras cosas, porque nos saquearon todititas las cosas, nos robaron todo”.
Señaló que ante la presencia de personas armadas al servicio de criminales, “las casas, unas están balaceadas, la mía, en mi caso no, pero de mi casa hacia abajo, hay como unas 30 casas, 40, balaceadas y vacías”.
Agregó que además de garantizar la seguridad para su retorno, otra demanda es que “nos den estudios para los hijos, yo tengo dos hijas y no han tenido clases ya; niños de primaria no tienen clases de nada, ni de secundaria; y ahorita mira, estamos a punto de que pierdan el año”.
En esto coincidió la señora Amalia, quien mientras vigilaba a dos niños indicó que “nuestra prioridad es regresar a nuestros pueblos, es la prioridad, con seguridad, para poder regresar”, así como el retiro de la llamada policía comunitaria.
Además, la mujer solicitó que ayuda para los niños que se encuentran en este campamento ya que “hay mucho niño que duerme a la intemperie, traen los labios partidos”.
Roberto Medina Hurtado, de la comunidad de Filo de Caballos, señaló “que casi ni nos imaginamos estar aquí en la Ciudad de México; aquí no hemos recibido ningún apoyo de nada”, sólo ayuda de la sociedad civil. (NTMX)