¿Humor político?
Felipe Victoria
Ya falta menos para que entremos al cuarto mes de la cuarta transformación, en que los mexicanos estamos desconcertados con algunas ocurrencias presidenciales, pero sobre todo con las indecisiones para hacer justicia pronta y expedita contra algunos personajes que saquearon al país.
Que Andrés Manuel López Obrador proponga una “consulta popular” para celebrarse el emblemático 21 de marzo, fecha en que se conmemora el nacimiento de Benito Juárez en 1806 y el fallecimiento de Guadalupe Victoria en 1843, para montar una escena estilo hebreo cuando Poncio PiIatos puso a los judíos a escoger si liberar al bandido Barrabás y crucificar a Jesús, ahora se tratará de algunos expresidentes con evidentes malas cuentas pendientes (Neto, Chente, Pipe y Quique).
¿Para qué necesita AMLO pedirle consentimiento al pueblo para cumplir lo que juró solemne ante la Constitución Política? Si no lo cumple, no han de faltar opositores que hasta lo acusen de omisión de un deber, encubrimiento y complicidad.
Los mismos treinta millones de electores que le dieron su voto, seducidos por sus declaraciones y promesas de campaña, ahora comienzan a sacarse de onda al contemplar tanta indulgencia y tolerancia para los que delinquen organizados en turbas anarquistas, como los huachicoleros de abajo y el disimulo hacia los de cuello blanco, funcionarios de PEMEX y el intocable líder sindical Carlos Romero Deschamps.
Así como cada mañana en sus conferencias sorprende con sus pronunciamientos, quisieran muchos que algún día nos anunciara que procederá a recuperar las millonadas de pesos que se llevaron algunos presidentes, mantenerlos encerrados de nada serviría, mejor hacerlos que “devuelvan la copa”.
México ha padecido una cadena de complicidades entre mandatarios, que por ser correligionarios tricolores se entendía, pero no así que los dos presidentes blanquiazules se hubieran hecho guajes igual que Peña contra Calderón y Fox, pero lo que nadie quiere entender o descifrar es por qué López Obrador dejó irse liso a Peña Nieto y varios de sus compinches.