* ¿Y dónde está Pablo Amílcar Sandoval?
* Ruptura o valores entendidos en Morena
* En casi 3 meses nadie sabe nada… hay vacío
Jorge Valdez Reycen
¿Alguien lo ha visto? ¿Saben dónde despacha? ¿Qué ha hecho en casi 3 meses como delegado federal de los Programas Regionales de Bienestar Social del Gobierno de México?
Lo cierto es que sigue siendo todo un enigma Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. Tan es así de indescifrable, críptico, medio ermitaño, que ni sus más allegados colaboradores y correligionarios han externado en público bajo qué condiciones se va a trabajar en las más de 38 delegaciones federales que viven una incertidumbre laboral nunca antes vista.
Desde el 1 de diciembre al 20 de febrero, Sandoval Ballesteros no ha convocado a conferencia de prensa para dar a conocer cómo se trabajará en las dependencias federales bajo su mando. Tampoco ha dado a conocer los nombres, salvo el del Programa de Fertilizantes, los demás están en el limbo.
Son casi tres meses de que algunos delegados no aguantaron la indefinición de Pablo Amílcar que mejor dejaron su renuncia redactada en los escritorios de los subdelegados, quienes esperan las formas y tiempos para hacer la entrega-recepción de todos los activos e inventarios, parque vehicular y demás actividades que han sido prácticamente paralizadas por la inacción del nuevo “Súperdelegado” federal.
Esa indefinición del accionar, mantiene en expectativa a miles de trabajadores federales que no saben quién es su jefe, ni a quién le deben rendir resultados. El caso de las firmas de documentación es otro caso, porque la papelería aún está en proceso de impresión. Hay una parálisis que nadie admite, pero es evidente.
En dependencias hay rumores de reubicación hacia otras ciudades, lo que para algunos trabajadores sería un cambio radical de vida. Hay quienes tienen antigüedad de 10 y 15 años y ahora deben irse a vivir a Acapulco, Iguala o algún otro municipio, situación que implicará sacar a sus hijos de las escuelas, buscar casa, otra escuela y la mudanza… ¡Increíble!
¿Por qué ha permanecido callado Pablo Amílcar ante este cambio de régimen y de gobierno? ¿Por qué no ha socializado con medios de comunicación sus programas, su agenda, las formas en que se gobernará? ¡Nada!
Se habla de un 70 por ciento de delegados federales que han renunciado desde diciembre y entregado el cargo a encargados del despacho. Se especula que siguen algunos delegados en funciones, como el de Gobernación, Erit Montúfar Mendoza.
No hay certeza laboral. Tampoco hay dinero para lo elemental. Es una parálisis no decretada en los programas federales y nadie ha dicho absolutamente nada.
Todos se preguntan: ¿Dónde está Pablo? ¿Qué hace? ¿Dónde despacha?
Lo que sí está confirmada es la profunda división que dejó en la bancada morenista, tras su licencia como diputado local y presidente de la Junta de Coordinación Política.
También se documentó le escisión de su grupo: Sergio Montes Carrillo dejó de pertenecer al grupo sandovalista, lo que es otro frente de ruptura al interior del Movimiento de Regeneración Nacional en Guerrero, por la adelantadísima carrera por el 2021.
¿Y Pablo Amílcar, por qué guarda silencio, un sepulcral silencio?
¿Es real esta división? ¿Son valores entendidos? ¡Nada de información! Y esa es la nota periodística. La nota es que ¡no hay nota!
Todo ha quedado en suspenso, a la deriva. Hay un vacío de poder en las áreas sensibles del gobierno federal y su responsable directo no da la cara.
Hay muchas interrogantes inquietantes, que certidumbre en la obra de gobernar. ¿Eso a quién le conviene? ¿Lo sabrán en Palacio Nacional? ¿Estará enterado el presidente Andrés Manuel López Obrador?
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.