* “No quiero ser gobernador”: Albarrán
* El PRI está en shock, luego del 1 de julio
* Prematuro, aún, hablar de alianzas, ataja
(Primera de DOS PARTES).

Jorge VALDEZ REYCEN

–¿Quieres ser gobernador?
–No. Quiero ser el mejor presidente del PRI en Guerrero. Estoy decidido a entregar todo mi tiempo, esfuerzo y pasión por el partido que me ha dado las mejores oportunidades de servir.
Es Esteban Albarrán Mendoza, custodiado por las fotografía de sus hijas y esposa, quien se acomoda tres, cuatro y hasta cinco veces sus lentes y habla con firmeza de su desafío al frente del PRI.
–¿Está en shock tu partido?
–Sí. Hay que admitirlo, pero también hay que decir que veo a muchos priístas echados para adelante, pidiendo asambleas, pidiendo oportunidades y creando condiciones de participación. Veo que el PRI aprendió la lección y entendió que los excesos, los abusos, tienen consecuencias frente a las urnas.
–¿Ira el PRI en alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano? ¿Qué opinas de la propuesta del exgobernador Ángel Aguirre Rivero?
–Es prematuro hablar de alianzas o de estrategias electorales. No es el momento aún. Creo que la prioridad, mi prioridad, es llevar al partido a una etapa de reajuste profundo. De reagrupar a un priísmo fiel a los principios. Esos están ya listos, quieren participar en las próximas contiendas. Veo a muchos que perdieron elecciones que tienen ganas de sacarse la espinita, pero habrá de irse a consultar a las bases, a los que están al ras del piso, para que aporten sus opiniones y posicionamientos.
Esteban Albarrán lleva escasos 90 días al frente de un priísmo que “no está ausente, ni está colapsado, ni está en la lona”. Hubo un proceso electoral inédito, increíblemente adverso, es cierto, nos aplastó un “tsunami” que ya lo veíamos venir, pero no el tamaño ni sus dimensiones. Para buscar la cura, debemos admitir que hay enfermedad.
–…¿y esa enfermedad es la corrupción?
–Nos ha pegado, como a todos. Hubo equivocaciones, es cierto. También hubo excesos. Pero si debemos sanar, primero es aceptar el mal y luego sanar. El PRI no está perdido, ni tampoco está acabado, como algunos lo festinan. Tenemos estructura, la mejor estructura electoral probada en décadas.
–¿Entonces qué es lo que llevó a la derrota? ¿Malos candidatos, malas acciones, la corrupción? ¿Se viene una limpia de malos priístas?
–He iniciado una serie de reuniones en las regiones. Sí, es una “operación cicatriz” entre los cuadros valiosos del PRI. Muchos están, como lo dices en la pregunta, en “shock”, pero no están tristes, ni tirados en el piso. Están esperando los tiempos, saben y conocen que se viene un proceso de transformación en el PRI. Soplan vientos de renovación. Se renovará en Comité Ejecutivo Nacional y hay voces que han dicho que quieren participar.
–¿Expulsarán a malos priístas?
–¡Ya lo hicimos! En Tamaulipas… se van a ir los que se tengan que ir.
–Me refiero aquí, en Guerrero. La desastrosa administración de Marco Antonio Leyva Mena dejó maltrecho al priísmo chilpancingueño. ¿Lo expulsarán?
–No se ha revisado el caso, pero efectivamente fue un saldo negativo. Vamos a estudiarlo y analizarlo.
Lo que no dijo Albarrán fue que en la sala de juntas del Comité Directivo Estatal la fotografía de todos los presidentes del PRI en Guerrero fueron colocadas en la pared norte y solo se retiró una: la de MAL… (Continuará).
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.