No le dan al clavo…
Felipe Victoria
Atorada en el Senado la aprobación de la ocurrente “Guardia Nacional”, porque muchos gobernadores sugieren que este nuevo engendro nacional tenga un mando civil y no militar, al menos para que no se note tanto la militarización de México con el nuevo régimen.
De golpe y porrazo quieren terminar con las corporaciones policiacas civiles de los tres niveles de gobiernos, que se volvieron corruptas además de ineficientes e incapaces desde el Siglo XX, pero en este actual milenio codiciadas minas de oro para los improvisados jefazos ajenos al riesgoso oficio.
Dilapidar millonadas en equipar mejor a los policías, dotarlos de vehículos y modernas instalaciones, armas y parque generó diezmos bajo la mesa para algunos que se hicieron millonarios, mientras los uniformados siguieron de voraces arbitrarios, aunque con salarios menos miserables.
Ni Ernesto Zedillo, con Francisco Labastida y Omar Fayad Meneses, consiguieron que fuera aceptable su programa “México Seguro” con la flamante primer Policía Federal preventiva, integrada con policías militares y no con elementos de veras capacitados.
Dos sexenios blanquiazules de traspiés y montajes en escena para disimular y simular el combate al crimen organizado, que generó miles de muertes y el fortalecimiento de los Carteles que se multiplicaron.
La llegada en 2012 de Peña Nieto con el retorno del PRI, nada aportó a disminuir la inseguridad pública, sino por el contrario, algunos altos funcionarios dejaron de ser víctimas intimidadas de la Ley de Plata o Plomo para amafiarse de plano, y entonces dieron paso libre a la extorsión generalizada de los sectores productivos y los malandrines colocaron socios en cargos de elección popular y mandos administrativos estratégicos municipales, estatales y federales.
Andrés Manuel López Obrador se topó con un México en peores condiciones de las que le habían platicado y tuvo que recular de sus intenciones por sacar al Ejército y Marina de la jugada regresando los elementos a los cuarteles; ahora con esa “Guardia Nacional”, pondrá la inseguridad pública en manos castrenses y nadie quedará conforme, por la costumbrita de estar en contra de todo y a favor de nada.
¿Cuál será el destino laboral de miles de policías desechables, pero muchos aún aprovechables?
López Obrador aparece solitario en la cúspide, sin gente adecuada que lo asesore en cuestiones policiales y de jarabe de pico ya estamos hastiados.