* El presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero reconoció que “tenemos un problema de seguridad importante que no se puede negar”

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— El presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), Ramón Navarrete Magdaleno, reconoció que en Guerrero “tenemos un problema de seguridad importante que no se puede negar y esto es lo que ha generado el desplazamiento de familias de comunidades específicas de la Montaña y de la Sierra”.
El ombudsman señaló también que “ser pobre es una desventaja en la preservación de los derechos humanos” y por ello la región de la Montaña es una de las zonas con más pendientes en este tema.
Luego de que este sábado familias desplazadas de comunidades de la Sierra protestaron en la caseta de Palo Blanco de la Autopista del Sol para pedir seguridad en sus pueblos, el ombudsman dijo que “hemos estado dándoles acompañamiento y verificando que sean atendidos y tengan alimentos”.
Navarrete Magdaleno recordó que junto con el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, han acudido a comunidades como Copalillo para atestiguar la entrega de aparatos electrodomésticos y se les ha ofrecido apoyo para regresar a sus comunidades, pero ellos no han querido aceptar.
“No han querido aceptar esa posibilidad, quieren quedarse en Copalillo, incluso les ofrecieron terrenos; pero con eso no se concluye el tema del desplazamiento porque son muchas cosas las que se tienen que mover para establecer a los desplazados”, subrayó.
Señaló que para quedarse, los desplazados necesitan servicios de salud, educación y seguridad, y no solamente un espacio donde establecerse.
En otro tema, sobre el mensaje que dio durante la toma de protesta de la nueva dirigencia del Foro Guerrerense de Abogados, Navarrete Magdaleno señaló que la pobreza es una limitante para acceder a la justicia, porque es necesario tener dinero para pagar abogados y fianzas y muchos campesinos de La Montaña no cuentan con esas condiciones.
“En la Montaña tenemos una pobreza ancestral que data de muchísimos años y que a mí me tocó vivir por allá en los 90 como servidor público y desde luego que sí palpé que la justicia tenía que ver con la escasez de dinero, que quien pudiera tener acceso a ella mediante pagar un abogado, pagar fianzas”, dijo.
Por ello, el presidente de la CDHEG reconoció que “desde luego que el ser pobre es una desventaja en el tema de la preservación de derechos humanos”.