* Diversos grupos de manifestantes esperaron al presidente en la entrada a esa ciudad, donde le pidieron que se bajara de su camioneta, pero no accedió
* Responsables de estancias infantiles le dijeron que “nos ha desilusionado” y le reprocharon que “somos más de 3 mil personas que podemos quedarnos sin trabajo, por cuestiones políticas”
Jesús Saavedra
IGUALA.— Alrededor de 10 grupos de manifestantes que protestaban por diversos motivos —entre ellos los familiares y amigos del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, que exigen que sea liberado porque, aseguran, no tiene responsabilidad en la desaparición de 43 normalistas—, recibieron este jueves al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien puso en marcha en esta ciudad el programa de becas ‘Benito Juárez’.
El presidente llegó a esta ciudad por la Autopista Amacuzac-Iguala poco antes del mediodía, a bordo de una camioneta Suburban último modelo que era escoltada por dos vehículos, uno adelante y otro detrás, de los cuales descendió personal de su Ayudantía para abrirle el paso entre los grupos de manifestantes, a la camioneta en la que viajaba el mandatario.
A pesar que los inconformes —entre los que también había responsables de Estancias Infantiles que están en riesgo de desaparecer debido al recorte presupuestal a ese programa— le pidieron que se bajara de la camioneta, López Obrador no lo hizo y sólo recibió algunos documentos mientras les decía que los iba a atender y les agradecía que lo esperarán para manifestarse.
La primer protesta que esperaba al presidente eran unas 30 personas que demandaban pasó libre en las casetas de peaje, sobre todo en la de esta ciudad, e incluso le gritaron que “no debemos pagar por transitar en este país”.
Otra protesta era de maestros jubilados de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) y del estado, quienes exigen a López Obrador el pago de 90 días de aguinaldo.
También estaban protestando Vectores de la Secretaría de Salud en el estado, quienes denunciaron que están limitados económicamente porque no les pagan a tiempo los viáticos y que les esquilman los recursos para combustible. “AMLO acaba también con el huachicol en Salud, son unos rateros”, decían unas pancartas que portaban los trabajadores.
Padres de familia y maestros del jardín de niños de la colonia Morelos ‘Antonio Caso’ también solicitaron al presidente la reconstrucción de su escuela, que resultó dañada por los sismos de septiembre de hace dos años.
En ese mismo sitio estaban también una representación de los 176 policías del estado despedidos en mayo del 2017, tras una protesta en el cuartel estatal por la falta de pago de viáticos.
Uno de los policías alcanzó a entregarle un documento al presidente y acusó al gobierno estatal de no querer acatar una resolución de un juzgado federal para reinstalarlo en sus cargos, el pago de salarios caídos y prestaciones, porque “nos están escamoteando nuestros derechos presidente, le pedimos que intervenga”. López Obrador en tono seco dijo que analizaría su petición.
Otro contingente que protestó fue un pequeño contingente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), que pidió al presidente que cumpliera su promesa de abolir las reformas en materia educativa que aprobaron en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Otro grupo nutrido de inconformes eran las encargadas de Estancias Infantiles quienes alcanzaron a entregarle un oficio y le reprocharon a López Obrador que “nos ha desilusionado”.
“Somos más de 3 mil personas que podemos quedarnos sin trabajo, por cuestiones políticas quiere desaparecer las estancias porque dicen que hay actos de corrupción, pues que los castiguen y que los señalen porque no podemos pagar todos por unos cuantos”, reclamó Citlali Miranda, encargada de una guardería en esta ciudad.
Esa manifestación fue la última que libró el convoy del presidente y le manifestaron que se bajara de la camioneta para que le explicaran que atienden a menores que sus madres tienen que trabajar, “no somos delincuentes, queremos una manera honesta de vivir y de tener un trabajo digno”, aseveraron.
El grupo más nutrido de personas era el de familiares del ex alcalde, José Luis Abarca Velázquez y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, quienes se encuentran presos y sujetos a proceso penal porque la PGR los señala como los autores intelectuales de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En ese lugar estaban familiares del exalcalde priista de Cocula, César Miguel Peñaloza Santana, detenido en 2015 por este mismo caso. “Lo que exigimos es que se haga un debido proceso, ya nos concedieron un amparo para que mi esposo pueda salir libre del penal, porque está preso de manera injusta”, aseveró Lizbeth Alarcón Rodríguez.
Yazareth Abarca Pineda, hija del ex alcalde de Iguala encabezaba la protesta y aseveró que sus padres “son inocentes” de los delitos que le imputa la PGR.
“No es una marcha, es un grito de ayuda para nuestra familia, queremos que el señor presidente haga justicia, al hacer justicia nosotros como familia vamos a tener paz porque somos inocentes”, indicó.
Abarca Pineda insistió que sus padres son “inocentes, son presos políticos y pedimos al presidente que revise el caso de manera minuciosa, porque hay muchas inconsistencias en el expediente y queremos que se haga justicia en este caso”.
Un sobrino de José Luis Abarca pudo entregarle un expediente a López Obrador, quien bajó la ventanilla de la camioneta para recibir los documentos. “Le pedimos justicia presidente, nuestros familiares están presos injustamente por un delito que no cometieron”, le dijo al presidente, quien sólo asintió con la cabeza y siguió con su camino hacia el evento en el poli deportivo.
Luego que pasó López Obrador, las personas que protestaban se retiraron del lugar y la circulación vial en esa zona volvió a la normalidad y algunos inconformes se dirigieron al poli deportivo para el anuncio de las becas para jóvenes.