Isidro Bautista

Si bien es cierto que la violencia o inseguridad cada día está más monstruosa en todo el país, incluida la mismísima Ciudad de México, hoy gobernada por Morena —sin que nadie pueda calcularle el fin—, no debe soslayarse el hecho de que haya inversionistas y turistas que le tienen confianza a Guerrero.
El gobernador Héctor Astudillo Flores, desde su llegada al cargo, no ha perdido de vista el ramo de turismo, sin hacer de menos el problema que ha creado como el peor cáncer el crimen organizado. Es obvio que no tiene que dedicarle toda la atención a ese flagelo, al que ha reconocido como el número uno, particularmente de esta entidad federativa.
Tan sólo esta semana arribó a Acapulco el crucero Norwegian Star, con 2 mil 299 turistas y una tripulación de mil 61 personas, procedente de Guatemala. Es el barco número 10 de la temporada en visitar ese puerto.
Ya habíamos dicho aquí que la ola de la violencia opaca el trabajo realizado en otros rubros de gobierno. Hay gente que no tiene puestos los ojos más que en la inseguridad, sin importarle en lo absoluto los resultados favorables en materia de turismo, empleo, campo, carreteras, etcétera, etcétera.
Hace unos diez días, Astudillo viajó a Madrid, España, a la Feria Internacional de Turismo (FITUR) 2019. Se reunió con funcionarios de alto nivel de la Organización Mundial de Turismo, con empresarios de la llamada industria sin chimeneas, con la embajadora de México en el país ibérico, y estuvo al frente de la delegación que instaló el impresionante pabellón de Guerrero, considerado el más importante del orbe en esa materia.
Como era de esperarse, porque siempre habrá quienes están en contra de todo lo que hagan sus oponentes ideológicos o partidistas, tuvo críticas en contra. Son esos a los que en alguna ocasión Enrique Peña Nieto, entonces presidente, se refirió como los que “nada les embona”, pero hubo muchas voces, la mayoría, que encomiaron la decisión y el interés del mandatario estatal por salir fuera de sus fronteras a promocionar las incomparables bellezas turísticas con que cuenta este estado, principalmente Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco.
Además, en unas semanas, del 7 al 10 de abril, Acapulco será la sede del Tianguis Turístico, el evento de mayor importancia de México en dicho rubro.
Durante la FITUR, el gobernador personalmente atendió importantes reuniones que dieron como resultado, entre otros, destacados acuerdos como la celebración por primera vez en México —en Acapulco— del festival juvenil Mula Fest, y la inversión de 35 millones de dólares de la cadena hotelera AM Resorts para arrendar, remodelar y operar el Gran Hotel en la zona dorada de Acapulco.
También la hotelería de los tres principales centros de paseo cerró negociaciones con agentes mayoristas internacionales que traerán como resultado el hecho de que venga a Guerrero un creciente número de turistas extranjeros durante los próximos meses.
Fue un viaje exitoso. Quizá haya que difundir más lo que se logró para que se vea que Guerrero no es solamente balas y violencia.
Por eso, el titular del Ejecutivo estatal señaló el miércoles pasado que Guerrero registra un crecimiento económico sostenido, según datos estadísticos dados a conocer ese mismo día por el INEGI, vía la organización “México cómo vamos”.
Presumió: “hace más de tres años, Guerrero vivía otras circunstancias políticas, sociales y económicas, que impactaban de forma negativa, y hoy la situación es distinta. Hay un gobierno que puede emprender planes y programas públicos”.
Destacó que el estado alcanzó en el tercer trimestre del año 2018 un ascenso de 1.9%, arriba de entidades como Guanajuato, Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila.
Y el asunto de la inseguridad, más bien, de los muertos caídos a manos de la delincuencia organizada corren a cuenta ya del gobierno de la República, así como a Pena Nieto y sus antecesores del cargo les fue achacado en su tiempo, toda vez de que le incumbe su combate, por ser delito federal.
Peña Nieto resultó un fracaso. El índice de violencia, en vez de disminuir o mantenerse en su nivel, aumentó brutalmente en su sexenio, al igual que con los de Felipe Calderón y Vicente Fox. Andrés Manuel López Obrador lleva dos meses al frente del gobierno federal. También prometió golpearlo. Ya se verá.
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