Alejandro Mendoza

La palabra “huachicol” está muy de moda, por lo que es conveniente explicar que tiene su origen en el latín y fue adoptado por los mexicanos para referirse a aquellas personas que adulteraban el alcohol para incrementar sus ganancias. Con el paso de los años, el significado fue cambiando y actualmente se emplea para señalar a quienes roban combustible.
En tal sentido, tomando como referencia a Luis Mauricio Torres Alcocer, investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), durante los primeros días de 2019, la noticia más relevante fue el desabasto de combustibles en al menos seis entidades del país.
Torres considera que el origen de esta falla se encuentra en la estrategia emprendida por el Gobierno federal y Pemex para evitar el robo de gasolina. La idea era reducir o suspender el uso de ductos para llevar combustible a los puntos de venta y utilizar, en su lugar, pipas y otros medios. La ineficiencia de este método de distribución llevó a que las gasolineras no fueran surtidas de combustibles en tiempo y forma, por lo que las filas de automovilistas no se hicieron esperar, justo en temporada vacacional.
En este contexto, la Asociación de Gasolineras del Estado de Guerrero dio a conocer que en la región de la Costa Chica, Chilpancingo y Acapulco también se comercializa gasolina robada que llega desde el estado de Puebla.
Mariano Gutiérrez, presidente de la Asociación, aseguró que la mala calidad del combustible robado ha causado daños en automóviles que se abastecen en dichos establecimientos, aunque negó que exista desabasto de gasolina en Guerrero. Explicó que de las 283 gasolineras que operan en Guerrero, 68 padecieron el desabasto de combustible, 65 en Acapulco y tres en La Unión, pero este fue solamente durante un par de horas.
Lo cierto es que el problema del desabasto de combustibles, también tendrá una serie de consecuencias, una de ellas en el aumento de la inflación, según advierte Alejandro Díaz de León, Gobernador del Banco de México (Banxico).
El traslado de bienes y productos puede estar resintiendo estas afectaciones en el suministro de gasolina y dependiendo qué tan sostenido es esta afectación, pues puede tener un reflejo tanto por el lado de la actividad económica, como por el lado de la inflación.
Este problema, según el gobernador del banco central es por un tema de seguridad y combate al robo de combustible; de no atenderse el problema en un corto plazo puede acarrear problemas a la economía del país.
Por lo pronto, las consecuencias no deseadas de esta táctica son inmediatas y parecen costosas económica y políticamente.
En general, el precio de la gasolina está vinculado a los precios del petróleo, mismos que se determinan por la oferta y demanda en mercados internacionales. Sin embargo, cada país determina cuántos impuestos cobrar por su consumo. En Estados Unidos se pagan menos impuestos por gasolinas que en México, mientras que en Europa se pagan mucho más.
Las gasolinas son un factor clave de la cadena productiva y del gasto de los hogares. Durante el sexenio de Felipe Calderón, por ejemplo, los precios del petróleo eran relativamente altos y la gasolina estuvo fuertemente subsidiada. En años más recientes, la caída de los precios internacionales del petróleo —y la caída en la producción nacional— ha reducido la renta petrolera de nuestro país, lo cual ha afectado de manera importante los ingresos del gobierno. Para contrarrestar esta caída, de unos años a la fecha, el gobierno ha recurrido a mayores niveles de impuestos como el IEPS. Ésta fue una de las razones por las que la Reforma Energética de Peña Nieto no produjo la gasolina barata prometida.
En estas primeras semanas del año, la gasolina ha vuelto a estar en el centro del debate público. Durante el sexenio pasado, en enero de cada año, usualmente se anunciaban ajustes en los precios de las gasolinas: los así llamados gasolinazos que posiblemente ayudaron a darle votos al nuevo gobierno.
Una de las promesas de campaña del nuevo presidente fue la de abaratar las gasolinas. Hasta el momento, esta promesa no se ha cumplido por diversas razones, con la excepción de ciertas regiones en la zona fronteriza. Aquella promesa se ha transformado en dos variantes: que los precios de la gasolina no aumentarán en términos reales. Otra es que, una vez que fortalezca y amplíe la capacidad de refinación de Pemex, la gasolina bajará de precio.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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