En los círculos académicos y en el gremio de los abogados de Guerrero y de la capital del país se reconoce al guerrerense Raúl Eduardo López Betancourt, originario de Iguala, como un jurista destacado. Quizá por eso ha sido galardonado en varias ocasiones en nuestro estado y en otras partes del país e incluso del extranjero. El más reciente galardón conferido fue el del sábado pasado, 27 de octubre, fecha en que se conmemora la fundación del estado de Guerrero y es ocasión para que el Ejecutivo del estado cada año –desde que el extinto exgobernador José Francisco Ruiz Massieu instauró por ley esos reconocimientos—, otorgue los premios civiles a destacados personajes tanto nativos de nuestra entidad como fuera de ella, pero que de algún modo han hecho contribuciones en diversos ámbitos a favor de Guerrero.
Quizá la gran mayoría de los asistentes a la ceremonia no conozca la historia detrás de ese personaje, muy polémico por cierto, como polémico fue el discurso que pronunció en la ceremonia en nombre de los galardonados. En próxima columna haremos un recorrido histórico por algunos pasajes de la política guerrerense en los que, para quienes desconocen o no recuerdan sucesos relevantes, fueron protagonistas de primera línea políticos guerrerenses que tal vez ya no están en la memoria colectiva porque, o ya fallecieron o simplemente dejaron de ser vigentes, por diversas razones, de los escenarios en los que habitualmente se mueven los políticos. Uno de ellos es precisamente el controvertido López Betancourt que, por un pequeño detalle, no tener la edad requerida constitucionalmente, no llegó a ser gobernador de Guerrero, hace 43 años.
Van a estar buenas las historias…