* Salvador Rangel pidió a los mexicanos ser anfitriones solidarios con los migrantes de países de Centroamérica que pretenden ingresar a nuestro país por la frontera sur
ROSARIO GARCÍA
El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidió a la población en general y a las autoridades mexicanas ser solidarios anfitriones de los migrantes de Centroamérica que viajarán a través de México para llegar a Estados Unidos, y dijo estar a favor de que se les otorguen licencias de trabajo temporales si lo requieren.
Desde el pasado 13 de octubre, la caravana migrante partió de San Pedro Sula, Honduras, pero en Guatemala y El Salvador se les unieron cientos de familias que también buscan llegar a Estados Unidos para pedir asilo político porque la situación de violencia, falta de empleos y carencias de atención médica y educativa, están empujándolos a buscar mejores condiciones de vida.
La caravana ya la integran unas dos mil personas que se encuentran desde el jueves pasado en la frontera sur de México, en Chiapas, por lo que el obispo Salvador Rangel pidió a las autoridades y a la sociedad en general solidarizarse y apoyar en todo lo humanamente posible a los migrantes.
Dijo que al igual que muchos guerrerenses que salen de este estado y del país a buscar mejores condiciones de vida, “así ellos, son gente que está luchando por la vida, por subsistir. Tenemos que ser solidarios con nuestros hermanos. Ellos dejaron atrás una patria y una familia porque no tenían nada, no tenían trabajo, no tenían seguridad y es lo que están buscando”, pidió.
Además, dijo estar de acuerdo con la promesa del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de que a partir del 1 de diciembre su gobierno entregar visas de trabajo a los centroamericanos migrantes que deseen quedarse en nuestro país.
Justificó la medida porque “yo creo que sí hay condiciones para apoyar. Si en México se desperdicia la comida y hay mucha gente aquí que no quiere trabajar, entonces hay que darle a esa gente una oportunidad”.
El prelado católico mencionó que en esos países de salieron los migrantes enfrentan un rezago más grande que el que enfrenta nuestro país, “México va mucho más avanzado, unos 50 años más que esos países centroamericanos. Vayan y vean cómo están todavía las casitas de teja, palapa, casas de otate, donde la riqueza del campesino es su machete”, y agregó que en realidad requieren la ayuda de los mexicanos.