ALEJANDRO MENDOZA

Cuando se habla de poder es importante tener comprensión de la concepción de la palabra, sobre todo, en el contexto de la democracia actual. En tal sentido, resulta imprescindible traer a la reflexión las consideraciones que sobre el tema hace Jorge Carpizo, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en su exposición sobre “El poder: su naturaleza, tipología y los medios de comunicación”.
El autor establece como concepto clave el poder, su fundamento, su legitimidad y sus diversas tipologías. Hace una definición de poder como un fenómeno social que no puede concebirse en forma aislada sino siempre en grupo. El poder es algo tan natural y necesario como el vivir en sociedad. Quien tiene poder lo debe a la convivencia con los otros y lo conservará, quizás lo incrementará, en tanto esté al servicio y responda a los intereses de los demás. El fenómeno del poder se encuentra en los más diversos espacios de la sociedad; en consecuencia, existe pluralidad de poderes que adoptan una estructura jerárquica y un perfil piramidal, los que a su vez se interrelacionan entre sí.
Carpizo realiza una serie de conceptualizaciones sobre la palabra poder, la cual, aduce, proviene del latín potere que tiene el significado de autoridad y también el de mando. En referencia a Camilo Velázquez Turbay, sostiene que poder proviene de possum, pôtes, posee, potuit, de potis y sum. Potis significa capaz de y sum ser o existir. En consecuencia, la acepción original de poder es “quien es capaz en sí”. ¿Qué es el poder? Existen las más diversas definiciones construidas desde diversas concepciones. Recordemos algunas de ellas.
Recurre a las siguientes definiciones de poder:
a) Para Max Weber, poder es “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad”. Weber distingue entre poder y dominación.
b) Para Hans Buchheim el poder “es la reserva de posibilidades que le están dadas objetivamente a una persona en virtud de la actitud y el comportamiento de los demás, entendida como su capacidad subjetiva”.
c) Para Arnold M. Rose el poder implica la adopción de decisiones por medio de las cuales, quienes las toman tienen la posibilidad de ejercer control.
d) Para Bertrand Russell el poder es “La producción de los efectos proyectados sobre otros hombres”.
e) En sentido similar a la definición anterior, se encuentra el pensamiento de Wright Mills quien afirma que “El poder tiene que ver con las decisiones que toman los hombres sobre las circunstancias en que viven y sobre los acontecimientos que constituyen la historia de su época”.
f) El concepto clave en los estudios de Nicos Poulantzas es el de la lucha de clases.
g) Para Luis Sánchez Agesta el poder es una energía que se proyecta sobre la vida social en virtud de la obediencia que los hombres le dispensan; obediencia que responde a la persuasión, al temor o a la aceptación de una jerarquía superior.
h) Para Norberto Bobbio el poder es “la capacidad de un sujeto de influir, condicionar y determinar el comportamiento de otro individuo”.
i) Para el célebre tratadista francés Georges Burdeau, el poder es una fuerza al servicio de una idea.
Carpizo considera que el poder es una relación en la cual una persona, un grupo, una fuerza, una institución o una norma, condiciona el comportamiento de otra u otras, con independencia de su voluntad y de su resistencia. El poder es la manera de ordenar, dirigir, conducir o la posibilidad de imponerse.
En toda relación de poder existe una desigualdad entre el que ordena y el que obedece. El que ordena posee los medios políticos, físicos, psíquicos, sociales o económicos para imponerse, basado en su voluntad, en una norma o en una costumbre.
Si la necesidad de supervivencia de los seres humanos los ha obligado a vivir en sociedad, la eficacia de tal convivencia se ha debido por completo a la búsqueda, obtención y distribución del poder. Por medio del poder toda persona, grupo, fuerza, institución o norma determina el comportamiento de otra u otras, sin importar la voluntad o resistencia de éstas.
De acuerdo con Carpizo, existen seis tipos de poderes: a) poder originario, que reside en el pueblo y que crea un orden jurídico; b) poder político, que es el poder del Estado que se manifiesta a través de las funciones gubernativas; c) poder paternal, que existe al seno de la familia entre padres e hijos; d) poder económico; e) poder asociativo, que es el que caracteriza a los partidos políticos, a los sindicatos y a las organizaciones de la sociedad civil, y f) poder ideológico, que es el poder de los medios de comunicación, de las escuelas y de los intelectuales y creadores
Para Carpizo “los medios de comunicación masiva son un poder porque poseen los instrumentos y los mecanismos que les dan la posibilidad de imponerse; porque condicionan o pueden condicionar la conducta de otros poderes, organizaciones o individuos con independencia de su voluntad y de su resistencia Los instrumentos que utilizan los medios los definen dentro de la tipología del poder como una clase de poder ideológico, ya que, a través de la coacción psíquica, del conocimiento o de ambos, obtienen que otro poder, el grupo o la persona, se comporten en una forma determinada”.
Para validar sus asertos, Carpizo enumera seis instrumentos a través de los cuales se manifiesta el poder de los medios: a) El establecimiento de la agenda nacional; b) La espiral del silencio, que hace las veces de círculo concéntrico progresivo de las ideas dominantes o que pueden llegar a serlo y que minimiza las ideas o posturas divergentes; c) El proceso de desregulación de los medios en varios países que maximizan libertades y derechos de los medios, y reducen o eliminan responsabilidades y deberes con la sociedad; d) La creciente vinculación con los políticos en un proceso de interdependencia para maximizar sus virtudes y minimizar sus defectos; e) El camuflaje de los medios que aparecen como un poder “oculto” amparados en la libertad de expresión, y f) Las encuestas elaboradas por los medios que no están debidamente reguladas y que se pueden convertir eventualmente en mecanismos de manipulación de la opinión pública.