Alejandro Mendoza
Hay familias que todos los días enfrentan la severa crisis económica. Y lamentablemente cada vez más, están sufriendo los efectos de la desigualdad social y económica. Pero el reto más importante lo está enfrentando la juventud, en especial, en el tema del desempleo o salarios raquíticos muy por debajo de la inflación.
Las pequeñas economías familiares, sobre todo donde hay jóvenes, se vuelven vulnerables a la violencia, a la delincuencia organizada, pero también a la desatención de la salud, educación, servicios públicos, oportunidades para progresar, vestido y alimentación.
Las crisis económicas y financieras que México ha tenido que enfrentar en los últimos 25 años, se han derivado, principalmente, del actuar de los gobernantes que ha tenido nuestro país en dicho período. Y esto ha repercutido en gran medida en la falta de empleo o, en su caso, en salarios muy raquíticos por debajo de la inflación, pero han sido las generaciones jóvenes que han sufrido los efectos nocivos de esta situación.
Otra explicación interesante es que México tienen dos vertientes, de acuerdo, con estudiosos sobre el tema del por qué su economía crece muy lentamente, por ejemplo, en comparación con Estados Unidos.
- En México no hay una red de seguridad social, como un seguro de desempleo, que le permita a la gente estar mucho tiempo sin trabajar. Si a esto le sumamos que mucha gente en México no tiene ahorros, pues eso significa que cuando una persona promedio pierde su trabajo no puede darse el lujo de permanecer mucho tiempo sin trabajar, por lo que deben encontrar rápidamente otra ocupación, aunque sea mal pagada y en la economía informal. En contraste, en naciones como en Estados Unidos cuando la gente pierde su empleo, puede hacer uso de su seguro de desempleo y entrar en un largo proceso de búsqueda hasta que encuentre un empleo que le guste.
- En México hay una gran flexibilidad laboral gracias a lo extendido que está la economía informal. De la mano con el punto anterior, tenemos que en México si no hay trabajos disponibles, pues nos los creamos en la economía informal. Una persona que pierde su empleo, si quiere puede estar el siguiente fin de semana vendiendo algo en el tianguis, o poner un puesto de jugos afuera de su casa, o se puede poner simplemente a lavar carros en la calle. Hay que recordar que para el INEGI con que una persona trabaje al menos una hora a la semana ya no está considerada como desempleada. En Estados Unidos la economía informal no está tan extendida, y la gente espera hasta encontrar un trabajo formal.
Lo más grave es que en México 6 de cada 100 jóvenes de entre 15 y 29 años se encuentran buscando empleo sin conseguirlo; especialmente el grupo de jóvenes de entre 20 y 24 años registró una tasa de desocupación de 6.7%, más del doble que se registra para la población total.
Los datos son originales del INEGI y sintetizan el problema de inserción laboral de los jóvenes al mercado de trabajo, explícitamente que la población joven tiene mayores retos para conseguir un empleo que la población adulta.
Esta problemática concluye en que, ante la falta de oportunidades para integrarse al mercado laboral, los jóvenes optan por emplearse en el sector informal, que ya da trabajo a poco más de 8.9 millones de mexicanos de entre 15 a 29 años, esta situación expresa que 6 de cada 10 jóvenes activos están trabajando informalmente.
Especialmente en el sector servicios, se encuentra ocupada, de manera informal, la mayor población joven, figuran los servicios turísticos, de transporte, correo y almacenamiento, servicios educativos, servicios de asistencia social y salud y servicios profesionales o técnicos.
El problema no sólo es que los jóvenes no tengan acceso al campo laboral, sino que los que sí están empleados, en su mayoría son trabajadores informales, que los hace económicamente vulnerables, principalmente porque gran parte de los casos no goza de prestaciones laborales y los ingresos que perciben están por debajo de la línea de remuneraciones mínimas. En México, 8 de cada 10 jóvenes no tiene ni siquiera los beneficios para trabajadores determinados por la ley.
El conflicto se profundiza cuando se observa la diferencia salarial entre jóvenes mujeres y jóvenes hombres; en el país, 4 de 10 mujeres de 15 a 29 años perciben menos de un salario mínimo al mes, mientras que para los hombres la cifra es la mitad, 2 de cada 10.
Y todavía más grave es el hecho que en el tema de la violencia y la inseguridad pública que enfrenta el país, los jóvenes son absorbidos por las organizaciones delincuenciales, resultado del contexto laboral expuesto.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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