Extorsiones y chantajes
JESÚS LÉPEZ
Las cifras dadas a conocer por el diputado de Movimiento Ciudadano, Arturo López Sugía, son contundentes: dos de cada 10 guerrerenses han sido víctima de extorsionadores.
El legislador puso el punto sobre las íes al pedir que se bloquee la señal de los teléfonos celulares en los penales del estado tal como lo establece la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Y es que los intentos de los extorsionadores por pescar víctimas vía telefónica han incrementado en este último mes, y no es ningún secreto que las llamadas salen desde las cárceles.
Bloquearlas, como propone López Sugía, ayudaría a que la autoridad pueda concentrarse en atender otros delitos sin distraerse en investigar los que siguen cometiendo desde adentro de las cárceles, quienes ya están presos.
En ese contexto la Fiscalía General del Estado a cargo de Jorge Zuriel de los Santos Barrila ha logrado dar cumplimiento al 70 por ciento de las órdenes de aprehensión, como se confirma con la reciente detención de dos peligrosos secuestradores en el poblado de Xaltianguis.
Lo malo del exhorto contra la extorsión es que permanecerá congelado, al igual que otros puntos de acuerdo presentados en el Congreso, al menos mientras los nuevos diputados se aplican a ponerse de acuerdo en la presidencia de las diferentes comisiones legislativas.
Por cierto que en el Congreso se analiza además una remodelación de las instalaciones. El presidente de la Junta de Coordinación Política, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, considera que las comisiones deben tener donde sesionar para dictaminar los asuntos que se les turnan.
Se evalúa para ello construirle otro piso al edificio de la biblioteca del Congreso.
EL GUSANITO
Llama la atención que siempre que tiene problemas el alcalde Evodio Velázquez Aguirre recurre a decirse víctima de odios de otros actores políticos.
La semana pasada acusó a Luis Walton, hace unas semanas al gobernador Héctor Astudillo Flores.
Al parecer no se ha dado cuenta de los miles de ciudadanos que diariamente en las redes sociales se inconforman por la falta de agua potable, las calles llenas de baches, el deficiente alumbrado público, los amontonamientos de basura no recolectada, y también por las obras mal hechas, como la de la Vía Rápida que inauguró al ahí se va.
Tampoco de los trabajadores de la Comisión de Agua Potable que reclaman el pago de sus salarios, así como de los delegados y comisarios municipales que han realizado bloqueos u protestas porque no les paga.
La realidad que los acapulqueños ven diariamente en las calles, y la simulación de su gobierno y su desfachatez política, son públicas, inocultables y no son exclusivas de sus filias y sus fobias, además de que lo único que se le ha pedido es que responda en qué gastó más de mil millones de pesos, muchos de los cuales les descontó a los trabajadores del Ayuntamiento y no se sabe dónde están.
Si todo aquel que manifiesta inconformidad contra su gobierno lo hiciera por odio, como pretende hacerlo creer el alcalde en un intento de chantaje sentimental a la sociedad, mejor, como dice cierta canción, que se coma un gusanito ¿no?
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