* La actual administración municipal, que nunca dio una solución satisfactoria, ya se va, por lo cual dichos problemas recaerán en la próxima
Héctor Martínez
El problema de la escasez de agua en la capital se ha agravado en los últimos meses, aunado a la crisis de la recolección de basura, servicios que se suponen están cubiertos mediante el pago de impuestos aplicados por el municipio, sin embargo muchos ciudadanos deben cubrir al doble al recurrir al servicio privado.
El agua entubada —porque no es potable—, llega con muy poca frecuencia a los hogares de la ciudad, incluso a las zonas céntricas, lo cual obliga a los consumidores a adquirir agua clorada con particulares (en pipa), cuyo costo oscila entre los 350 una chica que abastece por lo menos una semana a una familia de 6 personas, y 600 una grande, para grupos de 10 o más con la misma duración.
A este gasto se le suma el recibo que hace llegar puntualmente cada mes la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach), cuya tarifa mínima es de 100 pesos por un servicio casi inexistente, pues vecinos de las colonias de la zona del centro como la Progreso, Vista Hermosa, Barrio de San Francisco, San Mateo, entre otras, afirman que llega solamente una vez al mes y por uno o dos días.
La directiva de la Capach alega que la deficiencia en el servicio es por adeudos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), o reparaciones en los sistemas que abastecen a la capital, sin embargo el gobierno del estado ha amortiguado en estos rubros a la paramunicipal, pero el servicio sigue siendo casi inexistente, lo que ha provocado múltiples protestas e inconformidades contra el gobierno municipal que aún encabeza el priista Marco Leyva Mena.
A este problemática se suma la recolección de basura, que ya se convirtió en una crisis ambiental en la actual administración capitalina y estuvo a punto de repetirse el caso por la falta de un depósito ideal para el destino final de los desechos, el cual aún es inexistente.
Asimismo, los capitalinos se quejan constantemente de que los recolectores particulares, mejor conocidos como “la basura jefa”, quienes ya establecieron un mínimo de 10 a 5 pesos para deshacerse de la basura de los hogares de la capital.
Los ciudadanos han denunciado su inconformidad ante esta arbitrariedad, pues también es un servicio que ya se paga mediante las contribuciones al municipio, quien autorizó a estas personas a cobrar una cooperación, pero sólo voluntaria.
Sin embargo esta norma, por así decirlo, no es respetada y ya han comenzado a establecer tarifas por bolsa de basura, la cual inició en 5 pesos y en los últimos día ha subido hasta 10.
Los capitalinos señalan que cuando se les reclama por la cuota, “ellos alegan que no les importa lo que diga el Ayuntamiento, porque no les dan para la gasolina o refacciones”.
Los ciudadanos han demandado al Ayuntamiento que intervenga y ponga orden en ambos problemas, pero la actual administración ya se va y ha preferido poner ‘oídos sordos’, por lo cual dichos rubros recaerán en la próxima administración.