* Monseñor Leopoldo González sostuvo que en momentos difíciles, es necesario brindar ayuda a víctimas de situaciones de emergencia

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— El arzobispo Leopoldo González González hizo un llamado a la población para que en estos tiempos difíciles fortalezca valores como la generosidad y brinde ayuda humanitaria a víctimas de situaciones de emergencia como desastres naturales, accidentes y conflictos bélicos.
Recordó que este 19 de agosto, por designación de la Organización de Naciones Unidas se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, actividad que no es ajena a la Iglesia católica.
“La inmensa mayoría hemos tenido la oportunidad de brindar esta asistencia al tender la mano a quien se encontraba en una situación de emergencia. Nos da grande gozo recordar las ocasiones en que hemos actuado así”, dijo el clérigo.
Ayudar a personas que pasan momentos difíciles “es dar lo mejor de nosotros mismos, hemos mostrado nuestra humanidad, por el contrario, quien cierra su corazón y su mano ante la necesidad apremiante de un prójimo decimos que es inhumano, y la conducta de quien se aprovecha de la desgracia de otros para allegarse ganancias o adueñarse de cosas, recibe el nombre de rapiña”.
Señaló que el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es también una muy buena ocasión para reconocer la generosidad de tantos hombres y mujeres que se empeñan en salvar la vida y proteger la salud de quienes se encuentran en situaciones de emergencia.
Estas situaciones pueden ser originadas por desastres naturales, por accidentes industriales o carreteros o por conflictos bélicos, y hay quienes ayudan aún a riesgo de su propia vida, enfatizó.
“Los medios de comunicación nos dan a conocer gestos verdaderamente heroicos, llenos de una inmensa humanidad y grande misericordia. Hagamos un recuerdo agradecido ante Dios, de todas aquellas personas que entregaron su vida en el intento de salvar a otros”, expresó.
Consideró que la asistencia humanitaria no es una acción que solo podamos realizar en el marco de enormes catástrofes, sino es importante tender la mano cada día a quien urgentemente lo necesita.
“Recordemos con gratitud a tantas personas que en la vida cotidiana son sensibles a la urgente necesidad de quien vive a su lado y no lo dejan en su desgracia”, externó.
Dijo que las situaciones de emergencia en pueblos y países son muy frecuentes, y por ello, este día invita a fortalecer la determinación de no abandonar a nadie en su desgracia.
La asistencia humanitaria “en primer lugar, hay que hacerla de una manera personal, y luego juntos, coordinando nuestras fuerzas e iniciativas, con respeto mutuo de nuestras diferentes habilidades y áreas de especialización, no discriminando, sino acogiendo”, concluyó.