* Leopoldo González rechaza la legalización del opioide para fines medicinales, porque además “se abarataría su precio y quienes antes obtenían ganancias con su cultivo, se verían ante la tentación cambiar a otra actividad ilícita y perjudicial para la sociedad”
 
ANA LILIA TORRES
 
ACAPULCO.— El arzobispo Leopoldo González González se pronunció en contra de la iniciativa de ley para legalizar el uso de la amapola con fines medicinales, ya que argumentó que este tipo de sustancias causan daños a la salud y al legalizarlas facilitarían a niños y jóvenes el acceso a su consumo.
En la conferencia de prensa que ofrece casi todos los domingos, el prelado expresó que legalizar la droga no mejorará la economía en las zonas productoras de enervantes, porque abarataría su precio y las personas que antes obtenían ganancias con su cultivo, seguramente cambiarán a otra actividad ilícita y perjudicial para la sociedad.
“Su uso como medicina está sujeto a comprobaciones muy cuidadas de sus beneficios y de los daños secundarios que ocasiona”, dijo monseñor González, quien añadió que eso sólo un médico puede saberlo y juzgar al respecto.
Pero en su opinión “nadie puede afirmar que no haga daño una droga, tanto natural o sintética, utilizada como decimos comúnmente para drogarse, esa sustancia altera el funcionamiento de los órganos y más tarde o más temprano termina enfermando”, dijo.
Es lo mismo que ocurre con el consumo de otra droga como la marihuana, porque es un hecho que produce intoxicación y los síntomas que ocasionan son ojos rojos, aumento de apetito, la boca seca, taquicardia, arritmia y disfunción cardiaca, pero además altera el comportamiento de la persona, como euforia con ataques de risa, ansiedad e ideas suicidas, alteración del juicio y aislamiento social, señaló.
“El uso de estas sustancias crea adicción y dependencia, además de que impulsa de manera compulsiva a conseguirla, pues se presentan estados negativos cuando se suspende el consumo, además de que una persona intoxicada por esas drogas causa un problema para la familia”, planteó.
El prelado católico señaló que cada vez es mayor el daño que producen el tabaco, alcohol, marihuana y otras sustancias en niños y adolescentes, por lo que pidió a la sociedad y padres de familia protegerlos para que nadie los induzca a esos vicios.
Por ello, dijo que la legalización del cultivo de marihuana y la amapola haría las drogas más accesibles para los niños y jóvenes que no han tenido una adecuada formación con valores y cuidado en sus hogares, por lo que “la prohibición es un modo de proteger del riesgo y el peligro”.
Permitir el cultivo de las drogas bajaría el valor económico de ellas y estaría más accesible para obtenerlas, por lo que no es momento para que se apruebe una iniciativa de ese tipo, puntualizó.
Por otra parte, el prelado católico pidió a los transportistas que no utilicen el servicio público que brindan para hacer negocios de distribución de drogas, luego de recientemente un comandante del Ejército, reveló que utilizan para ese fin unidades de transporte público.
“El transporte de personas es un servicio vital en nuestras ciudades, no sólo porque todos necesitamos de él, sino porque tiene bajo su cuidado la vida e integridad de muchas personas, niños jóvenes ancianos, padres y madres de familia, por lo que debe haber cuidado para que este servicio se realice en condiciones que garanticen la seguridad de las personas”, indicó.
El clérigo hizo un llamado a los concesionarios y choferes a ser conscientes del servicio que dan a la sociedad “y no enturbiar con negocios sucios su servicio tan noble” como el que brindan y reprochó también el incendio de unidades de servicio público por parte de la delincuencia.
Finalmente, manifestó que “hago un llamado a la conversión a quienes desde el crimen y el delito, extorsionan y obligan a personas a hacer cosas que ellas por sí mismas no quisieran hacer, por lo que les pidió volver al camino del bien”.