Alondra García
El alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, informó que un nuevo grupo delictivo está tratando de incursionar en el municipio.
Leyva Mena fue entrevistado esta mañana tras recibir el parte informativo de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Cuestionado sobre el repunte de violencia en la ciudad, reveló que existen elementos para advertir la posible entrada de otro grupo del crimen organizado a la capital guerrerense.
Sin embargo, aclaró que ese no sería la única causa de la escalada de violencia. Otra situación, indicó, es la caída en la venta de la heroína debido al surgimiento de drogas sintéticas.
De acuerdo con el alcalde, los grupos delictivos han tenido que diversificar sus actividades para hacerse de recursos económicos y para ello han recurrido a los asaltos, el robo de autos y las extorsiones.
Prueba de ello, dijo, es el ataque armado perpetrado la mañana del lunes contra la base de urvans de la ruta Chilapa-Chilpancingo, cerca del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla.
Comentó que los pistoleros que efectuaron el ataque dejaron una cartulina con un mensaje, en el que acusaban al dueño de la urvan afectada de no pagar la cuota o pisaje a la delincuencia organizada.
El presidente municipal reconoció que en las últimas semanas se ha registrado un repunte en los índices de violencia y criminalidad en Chilpancingo. Por ello, señaló la necesidad de hacer un cambio en la estrategia.
“Hay que reconocer que cuando los índices delictivos llegan a este punto, algo no está funcionando (…). Debemos hacer una revisión de manera urgente”, apuntó.
Por ello, informó que en los próximos días se instalarán cinco botones de pánico o de emergencia en el centro de la ciudad y se ampliará el programa Vecino Vigilante en las colonias.
Respecto a la sectorización de la vigilancia policiaca, indicó que la Policía Preventiva Municipal se encarga del centro y de las áreas en las que están ubicadas los bancos, “que es la zona más complicada y difícil”. Mientras que a la Policía del Estado le tocan las colonias de la periferia.
Respalda el pacto de paz entre cárteles
Durante la entrevista también se le cuestionó su opinión respecto a la labor emprendida por el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, de establecer un diálogo con los líderes de los diferentes grupos del crimen organizado para intentar un pacto de paz.
“El obispo está intentando una estrategia diferente y creo que en el ámbito de su apostolado, él está haciendo lo que tiene que hacer”, consideró Leyva Mena.
Por ello, hizo un llamado a no “descalificar” la labor del prelado, pues destacó que su acercamiento con los grupos criminales, su actividad religiosa y su calidad moral “pueden influir” en los delincuentes para “humanizarlos”.
“Yo considero positivo lo que está haciendo el obispo, porque no veo ninguna estrategia diferente que se esté proponiendo en este momento”, afirmó.
Sin embargo, aclaró que las autoridades no deben dejar de lado su responsabilidad y hacer efectiva la ley contra los delincuentes.
En este sentido, el alcalde advirtió que la estrategia institucional no debería de ser “combatir la violencia con más violencia”.
La estrategia, dijo, debería centrarse en la sustitución de los cultivos de marihuana y amapola por otros productos como el aguacate.
También respaldó la posibilidad de que la producción de amapola se legalice para usos médicos.
Marco Antonio Leyva Mena apoyó también la propuesta realizada por el presidente electo de la República, Andrés Manuel López Obrador, de una amnistía a criminales, pero aclaró que esta debe beneficiar a los campesinos amapoleros, no a los delincuentes violentos.
“Una amnistía para el campesino que no tiene otra cosa qué sembrar, que vive en un escenario de pobreza donde también los niños tienen que trabajar en la amapola para subsistir. Una amnistía para las mujeres que están también en estas labores. La amnistía no puede ser para todos aquellos que utilizan la violencia para dañar a las personas”, expuso.