Jorge VALDEZ REYCEN
René Juárez renuncia hoy al PRI
Ayutla: Bruno consolida cacicazgo
Una crónica anunciada por la edil
René Juárez Cisneros renuncia este lunes a la Presidencia del CEN del PRI. En su lugar, por estatutos, asume la secretaria general, Claudia Ruiz Massieu.
Los cambios en la dirigencia nacional priísta eran obvios y además necesarios para que al interior del Revolucionario Institucional se ventilen nuevas opciones en la vida partidista. René Juárez asumirá una diputación federal y buscará ubicarse al frente de la bancada como su coordinador parlamentario y para ello ha comenzado la estrategia de entregar los bártulos a Claudia.
La virtual senadora electa, a su vez, abriría el espacio para la transición del nuevo PRI y sus formas que habrán de regirse en el futuro mediato. Por ley deberá convocar al Consejo Político Nacional conformado por toda la estructura y entregar los mandos a una dirigencia emergente o coyuntural que a su vez prepare para el 2019 a quienes tendrán la responsabilidad de refundar al PRI o bien transformarlo. Esa será la agenda por desahogar en esta semana que será crucial para los guerrerenses.
En Ayutla de los Libres este domingo de elecciones comunitarias, se cumplió el presagio de la alcaldesa saliente en funciones, Hortensia Aldaco Quintana, de que Bruno Plácido Valerio estaría entronizando su cacicazgo en la emblemática tierra de Don Juan Nepomuceno Álvarez Hurtado.
Y aunque el grupo rival de la UPOEG, el FUSDEG, trató de meter lumbre al proceso asambleísta con el proditorio homicidio de conocido abogado en la cabecera municipal de Juan R. Escudero, no causó mella y los planes ominosos del ambicioso Bruno se cumplieron. Para que no hubiera duda de su liderazgo caciquil movilizó a más de tres mil seguidores en una cancha deportiva cercana a la Unidad donde 278 delegados realizaban su asamblea para elegir —ese era el mero formulismo de trámite— a los nuevos representantes indígenas mixtecos y tlapanecos y una mujer por los mestizos.
La Costa Chica siempre se ha distinguido por ser tierra de caciques, aunque dicho término provoque escozor entre los no acostumbrados a ese adjetivo. Igual en Tierra Caliente, concretamente el municipio de Tlalchapa.
Lo ocurrido en Ayutla era una crónica anunciada por la alcaldesa Hortensia. El control real del municipio lo tienen, por las armas, los llamados comunitarios aglutinados en la membresía llamada UPOEG y cuya cabeza de grupo es Bruno Plácido Valerio. La edil recientemente denunció amenazas de muerte y que su vida corre peligro. Su función como presidenta municipal ha sido ninguneada, desconocida y hasta objeto de usurpación de funciones por el poderoso grupo armado de Bruno.
Para quienes ha seguido de cerca este proceso, tienen la idea de que se han pulverizado a los partidos políticos y han alcanzado una independencia democrática. Empero, en esa terca realidad sobresale la denuncia valiente de una mujer que con todas sus letras criticó lo que todos saben: la elección ya estaba decidida por Bruno Plácido y sus seguidores. Entonces, lo de un cambio histórico en el entramado comunitario de designar a sus representantes indígenas no es otra forma autónoma, sino el clásico dedazo y la imposición autoritaria del multicitado líder de la UPOEG.
La lectura política de Ayutla es el retorno a un pasado ancestral donde los supuestos “usos y costumbres” hoy son anacrónicos, caducos, obsoletos, y nada tienen de democráticos, ni de autónomos. Es la decisión de una sola persona, todopoderoso, que ha demostrado su fuerza real en un abierto desafío al marco del derecho y la Constitución.
Las horas difíciles de Ayutla y su parto de los montes trajo un recién nacido con viejas forma de autogobierno, cuya paternidad es obra y gracia no del Espíritu Santo, sino de un cacique.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.