Segunda parte
Libros y lectura
Sadyhel Astudillo
La semana pasada comentamos que se retomarían los dos temas que habían quedado pendientes desde el mes de abril, iniciando con los animales de laboratorio y terminando en esta ocasión con el día del libro.
Desafortunadamente tanto este año, así como muchos anteriores el día del libro pasa mayormente desapercibido; a pesar de que algunas televisoras (abiertas) tienen programas en pro de la lectura, no se hace hincapié en ese día. Por otro lado, las librerías (¿Cuáles?) tampoco hacen anuncios o alguno tipo de promoción especial.
Se pregunta sobre las librerías debido a que estas en número son cada vez menos, claro hablando de librerías locales ya que actualmente se pueden contar con los dedos de una mano las cadenas de librerías que existen en nuestro país, las cuales por lo regular están en algunos casos, solo en la capital de los estados, pero a final de cuentas, estas si proliferan con mayor facilidad. Desafortunadamente se puede presentar el caso de que en las locales sea limitada la variedad de ejemplares.
Entonces ya con lo mencionado, nos damos cuenta de los tres factores que afectan la falta de lectura en nuestro país. En primera instancia la ausencia de campañas y promociones (realmente efectivas) para despertar el interés en las personas principalmente niños y jóvenes hacia la lectura, después los contados casos de personas que son lectoras constantes se topan con el segundo problema, la ausencia de librerías o la inexistencia de ciertos títulos y por último el tercer caso, los precios elevados de algunos ejemplares de ediciones especiales, que sumado al bajo ingreso económico promedio que tiene el mexicano, propicia que se tenga que poner en la balanza, la decisión de comprarse un libro o darse algún gusto, o invertir ese dinero en algo que genere un beneficio aún mayor.
Ante la ausencia de ediciones especiales o recientes, se cuenta con las bondades del internet que nos permite comprar en línea y recibir en la puerta de nuestra casa los libros e incluso comprar los archivos digitales para leerlos en dispositivos electrónicos; sin embargo, este tipo de adquisición no es económico precisamente, pero se cubre la ausencia de títulos en librerías. Vaya pues, que si no leemos es simplemente porque no queremos ya que siempre podemos visitar las bibliotecas y pedir libros prestados.
Ahora bien, supongamos que logramos salir abantes de esos tres pormenores mencionados y México se vuelve un país lleno de lectores, debemos tener presente que eso no nos vuelve automáticamente un país culto. Si nos vamos un día a pasear por cualquier librería notaremos que la cantidad de géneros publicados es basta, pero desafortunadamente los libros más vendidos son los basados en video juegos, autoayuda o libros guía, es decir lectura que no genera provecho para el lector más allá de ser un pasatiempo.
Entonces el reto es doble, no es simplemente volverse un lector constante y por ello leerse cualquier libro que le pongan enfrente, no, uno debe ser selectivo y saber qué es lo que realmente desea conocer, como estimular su mente y que le va a generar un provecho de esas horas que pasará inmerso en la lectura.
Con esto no quiero desacreditar los libros “sencillos” de guías, juegos, consejos, etc., (por algo se venden tanto), solo deseo hacer énfasis de que existen diferentes tipos de lectura y que no debemos “casarnos” con un género en específico, es bueno darle su tiempo a todo, pero es más importante saber a qué tipo de textos darles nuestra prioridad y tiempo.
Entonces estimados lectores, la invitación está hecha, lean más, no lean solo por leer, recomienden lo que leen y aprovechen las vacaciones para leerse algunos de sus libros que tienen pendientes.
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