* Insensibilidad, sociedad y violencia
Alfonso A. Catalán
La violencia en el estado de Guerrero, este viernes 18 de mayo del 2018, dejó, por lo menos que se sepa, 9 personas asesinadas, dos de ellas, en la capital.
Se trató de Bernardo Aguilar y su hijo José. Los mataron por lo menos 5 jóvenes armados cuando trabajaban en su taller mecánico “El Tuercas”, en la parte trasera de las instalaciones del SUSPEG. Les dieron el llamado “tiro de gracia” y les dejaron un mensaje acusándolos de secuestradores.
Al suboficial de la Policía Estatal, Luis Eusebio López Reyes, alias “El Pelón”, y al elemento del Instituto de la Policía Auxiliar del Estado (IPAE), Samuel Jiménez Sánchez, los mataron en una emboscada sobre la carretera federal Chilpancingo-Iguala, en la localidad de Plan de Liebres, perteneciente al municipio de Eduardo Neri.
En Acapulco dejaron tres cuerpos en Ciudad Renacimiento, un “embolsado” en la colonia Postal, y en el municipio de Zumpango las autoridades encontraron el cuerpo de un anciano taxista en el interior de su unidad.
Paso tras paso la muerte se extiende y parece que no tiene un fin. Este domingo, cuando sea leído esto, es casi seguro que haya un nuevo recuento de personas asesinadas en el estado.
¿Pero…, y qué hay de la sociedad? Porque tal parece que esta situación le es totalmente indiferente.
Salvo grotescas excepciones (como la violación de asesinato a menores de edad, o desaparición de alguna líder social), casi todos los habitantes de la entidad nada sienten por estos hechos violentos y que tanto daño causan a las familias de las víctimas y a nuestro entorno social.
Resulta curioso la forma en cómo funciona la mente humana. Conforme pasa el tiempo, casi todas las personas que han sido expuestas a situaciones de guerra y violencia extrema, tienden a acostumbrarse. No es normal, pero han pasado tanto tiempo por situaciones parecidas, que se insensibilizan, se acostumbran y la imagen se torna en algo cotidiano.
Varios personajes reconocidos, como el filósofo y escritor español José Sanmartín, director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, han hablado sobre este tema. Este hombre informa que el ser humano se acostumbra a todo, que tenemos una gran capacidad para adaptarnos al dolor, al sufrimiento, y por ende nos insensibilizamos.
Guerrero es el ejemplo claro de ello. En este momento, miles de personas están muchísimo más interesadas en las campañas electorales en todos sus niveles, que en la situación de violencia extrema que prevalece.
Lo que en verdad se necesita es que el gobierno estatal y municipal resuelva la ya difícil tarea de acabar con los numerosos grupos delictivos que ocasionan el clima de inseguridad y violencia, pero además se comprometa e implemente una serie de iniciativas para fomentar la conciencia de la gente en torno a la crueldad, con la finalidad de que enseñar, sensibilizar, concienciar para evitar todo tipo de actos violentos, puesto que mucho de ello viene desde el hogar, la forma de crianza, los valores, el respeto, la cultura, etcétera.
Tal vez todo esto parezca bastante utópico, sabiendo que la corrupción corroe cada dependencia, pero no está demás decir que el gobierno debe realizar lo anterior, así como acciones preventivas, no solo para las personas que han cometido homicidio o alguna otra situación violenta, sino para los que llegaron a sufrirla, puesto que pueden llegar a repetirla.
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