¿Machismo o androcentrismo?
Las implicaciones de cada uno

SADYHEL ASTUDILLO

Desde nuestros abuelos y generaciones más atrás hasta los días de hoy, tanto en México como en algunas otras partes del mundo, es común en las familias que el hombre además de brindar seguridad, salga a trabajar para proveer los víveres y recursos necesarios para alimentarse, vestirse y tener un techo donde vivir. Por otro lado las mujeres se dedican al hogar, mantenerlo limpio y preparar alimentos, además de cuidar y criar a los hijos.
Esta situación se generó principalmente por la diferencia de complexiones y resistencia entre el físico del hombre y de la mujer. Sumado a eso está el hecho de que es el cuerpo de la mujer donde se gestan los bebés y durante los primeros meses ella es la encargada de darle la leche que el infante procesa como alimento. Gracias a ello es común que a la mujer se le vea como una figura dadora de cariño, protección y educación hacia las nuevas generaciones, mientras el padre trabaja y provee.
Al estar relegadas a quehaceres domésticos, los hombres evitaron darles cargos o la oportunidad de toma de decisiones importantes o trascendentes en el día a día. No podían votar, ni ejercer cargos de “poder”, si eran contratadas en algún puesto era para el área de limpieza, cuidar niños, la cocina o secretaria y nada más, sin importar que tan bien se desempeñara en su cargo, sus aspiraciones no podían ir más lejos.
Sumado a eso, los medios de comunicación masiva, que presentan comerciales en televisión, películas, series, propaganda y un infinito etc., se encargaron de acentuar esa imagen ya que, las mujeres que aparecían en esos medios, efectivamente estaban o en la cocina o con un mandil rodeada de niños, mientras el hombre lee el periódico vestido de traje.
Así transcurrieron los días y los años sin que alguien objetara o dijera algo al respecto y en caso de que lo hubiera hecho, no recibía el apoyo ni la importancia que merecía. Esta situación se volvió cansina para las mujeres las cuales poco a poco fueron manifestándose y pidiendo que se les diera el lugar que merecen, logrando así con los años alcanzar importantes avances, como participar en procesos electorales para emitir su voto y ser votadas, ejercer cargos públicos importantes y llevar el rumbo de su vida como a ellas les plazca.
Hoy en día la situación no es la ideal y por ellos siguen diferentes tipos de manifestaciones en pro de la mujer y en contra del machismo. Se pide igualdad de condiciones laborales, equidad de género, no a la discriminación, alto al acoso y al abuso de autoridad, etc.
Es cierto que actualmente situaciones de machismo ocurren constantemente y esto a veces es propiciado por las mujeres mismas, dándole más importancia a la figura del hombre de lo que realmente amerita, permitiendo así que abuse “a sus anchas” de esa mentalidad arraigada.
Pero esta situación viene de aun más atrás y es debido al androcentrismo, es decir, poner al hombre como centro de todo, ya que anteriormente eso ocurría, el hombre estaba al frente del trabajo rudo, la política, las ciencias, los deportes y demás. Entonces las mujeres se quedaban con los que ellos no abarcaban (que prácticamente eran solo las tareas domésticas) y debido a ello sus primeras manifestaciones giraban en torno al: “Nosotras también podemos hacer lo mismo que el hombre”.
Esa ideología es muy cierta, ambos sexos tienen la capacidad de llevar a cabo distintas tareas y llegar al consenso de que ambos tiene el mismo derecho de hacerlo en igualdad. Pero no tiene por qué quedarse ahí, además de demostrar que pueden realizar las mismas actividades que los hombres, también deben demostrar que existan tareas que realizan mejor que los hombres y que no todo gira en torno a ellos; es ahí cuando las cosas se van a nivelar aún más, ya que no se buscará únicamente quitar al hombre del centro y/o ocupar su lugar en el, si no que, ambos sexos estarán en medio de las labores y reconocerán que cada uno tiene aptitudes más aptas para cierta actividad, entonces trabajando en equipo y en igualdad de condiciones es como los problemas evitaran y se llegará a las soluciones más rápido; pero para llegar a ello, depende de la participación de ambos sexo.
Aportemos pues cada uno nuestro granito de arena en pro de una sociedad más equitativa y justa.

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