* López Obrador sepultó a las izquierdas
* PRD menguado, sin cuadros ni figuras
* Morena resquebrajó ideales y luchas
Jorge VALDEZ REYCEN
Un dato revelador que pocos analistas han abordado con objetividad, es lo que ocurrió al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuyas figuras de renombre, prosapia y años de lucha a costa de persecuciones, encarcelamientos, crímenes y represión han abandonado –al igual que sus principios de izquierda— por la aventura y espejismo de un seductor llamado Andrés Manuel López Obrador.
MORENA sepultó al PRD en Guerrero. Esa es la cruel realidad, ni siquiera ha sido el PRI –su acérrimo rival electoral y enemigo de clase— quien ha dado el tiro de gracia al partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Félix Salgado Macedonio, Rosalío Wences Reza, Ranferi Hernández Acevedo, Othón Salazar Ramírez, entre otros ya finados, cuyas memorias se han diluido en el tiempo.
López Obrador sedujo a tránsfugas del PRD con la apertura de cargos de elección popular, en su pleito feroz contra “Los Chuchos”, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, actuales dirigentes partidistas que se coaligaron con el PAN –partido igualmente dividido, confrontado y hundido en una crisis de liderazgos sectarios—.
Al averno se fueron más de dos décadas y media de luchas sociales, de empujar una alternancia democrática que transforme realmente las condiciones de pobreza, miseria e inseguridad. El PRD está agonizando y en sus estertores se afianzó con otro moribundo de la política que se resiste.
En la vorágine de este pragmatismo salvaje en que han incurrido los partidos llamados de oposición, no han detenido su desbocada carrera a pensar en el legado histórico que habían construido las izquierdas en México. Cero reflexión, cero análisis. Todo se circunscribe a los puestos y cargos que obtengan ellos, sus hijos, sus esposas o sus hermanos y parientes. Esa es la cruda realidad.
El PRD ha postulado a personajes desconocidos, lejanos a su idiosincrasia, neófitos en la doctrina de principios que le den sustento doctrinario e ideológico. Todo se centra en el denuesto, la descalificación, el agravio y una gran ilegitimidad de la mano con una beligerancia. Ausente está que el verdadero verdugo se encuentra en un Movimiento creado por López Obrador para despojar al PRD de su militancia, primero, y luego de su trayectoria histórica como partido de izquierda.
Claro que en ese origen de la derrota anunciada y precedida de descalabros electorales hay responsables directos como “Los Chuchos” y el mismísimo López Obrador. Entre ellos se incubó el embrión que devoró los ideales de lucha socialista, que ahora es oferta electorera para hacer añicos al PRI. Se perdieron equilibrios del poder. Se ponderó la figura centralista, mesiánica de un todopoderoso, de un cacique capaz de perdonar a bribones y hasta perdonar a quienes no tendrían perdón… ni olvido.
Conforme avancen estas campañas de revelaciones inéditas, el papel inexistente de las izquierdas se reduce al mero referente de su ausencia. Mientras otros ya empiezan las celebraciones con gran boato de liderar encuestas, muy pocos reparan en el grave daño causado a quienes abrazaban una formación consecuente, de postulados de izquierda, que han sido reducidos al olvido.
De esto también hay que darle su crédito a Andrés Manuel López Obrador y MORENA por haber avasallado a perredistas y convertirlos en súbditos de una alteza serenísima. Cuidado con los coletazos de la historia.
El PRD sin el PAN y viceversa están en una etapa de sobrevivencia. MORENA los ha dejado en una suerte de partidos sin militancia, sin valores, sin cuadros, sin nada. López Obrador abrió la puerta a una recicladora de entes sin nada de lo antes descrito, solo están intereses, ambiciones, voracidad y hambre de enriquecimiento… Y López Obrador lo sabe.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.