Isidro Bautista
Pese a la ola de violencia criminal que azota al estado desde hace ya varios años, Guerrero se mantiene en la preferencia del turismo nacional, sobre todo el que viene del Valle de México y el Bajío. Los fines de semana y en los puentes vacacionales, los tres principales centros de paseo, como son Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco, de manera consistente registran aceptables, y la mayoría de los casos magníficos niveles de ocupación hotelera. Eso, hay que decirlo, es una gran noticia.
En cuanto al turismo internacional, hay un gran empuje promocional y de negociaciones que ha permitido la llegada de más vuelos internacionales desde importantes ciudades de los Estados Unidos y Canadá, y de otros países del sur del continente, y de cruceros —esos bellos barcos que son centros vacacionales flotantes— que sin duda están reposicionando a Acapulco en el panorama turístico. Es también una excelente noticia.
Y en otra de las vertientes de la llamada industria sin chimeneas, el turismo de congresos, Acapulco sobre todo —también Ixtapa y Taxco, aunque en menor escala—, se ha consolidado como una de las cinco principales ciudades del país más atractivas para la realización de ese tipo de eventos. Otra muy buena noticia.
Una de las convenciones más importantes de México, no tanto por el número de los participantes sino por el peso político y económico que representan para el país y por los personajes que convocan, es la de los banqueros. Ha habido, en los años recientes, intentos y presiones para que los banqueros abandonen a Acapulco como su sede y se muden a Cancún. El alegato de quienes miran al Caribe y no al Pacífico para que los hombres que se hablan de tú con el dinero se reúnan a analizar el presente y el futuro de la economía y la situación política y social del país, es que “Acapulco es inseguro”.
Durante los años que los banqueros han organizado su convención en Acapulco, ni un rasguño se han llevado de recuerdo. La calidez del guerrerense ha sido de capital importancia, pero también, al menos en los últimos dos años, ha jugado un papel importantísimo las gestiones del gobernador Héctor Astudillo Flores para convencerlos y garantizarles la seguridad de que su convención tendrá el mejor y más esplendoroso ambiente para su desarrollo. Los banqueros, hombres de pocas pulgas y mucho dinero, no van a donde perciben una pizca de inseguridad. Eso, darles confianza y seguridad a los banqueros, hay que reconocérselo, sin regateos, al mandatario estatal.
Lo mismo ocurre en el caso de la permanencia de eventos de resonancia internacional como el Abierto Mexicano de Tenis, el famoso MexTenis, evento que genera miles de menciones positivas sobre Acapulco en todo el mundo. Se habla de Acapulco y sus extraordinarias bellezas naturales, su cálido clima, sus hermosas playas, sus confortables hoteles, su riquísima y variada gastronomía, el amable trato que se prodiga a los visitantes, y no de la desafortunada situación de violencia que, a pesar de los infatigables esfuerzos por frenarla y abatirla, sigue afectando al estado, como al resto del país.
Y justo por el nivel de gobernabilidad registrado en Guerrero, a pocos más de dos años de haber tomado posesión del cargo, el actual titular del Ejecutivo también tiene, por lo que se ha observado, la confianza y el respaldo del presidente Enrique Peña Nieto.
Guerrero, como es sabido, es uno de los dos o tres estados que más visitas ha tenido del mandatario nacional, y que han entrañado un buen flujo de recursos en distintas obras y acciones de beneficio social.
Lamentablemente, para el gobierno de Astudillo han sido opacadas por el clima de inseguridad con que recibió el estado.
Estas que hemos mencionado, y otras más que comentaremos en otra ocasión, son cosas buenas que, como dice el slogan, también merecen contarse. isidro_bautista@hotmail.com