Jorge VALDEZ REYCEN

* CETEG: el retorno al caos y violencia
* SEG: ruta de omisiones igual que Z
* SNTE agraviada por saqueos y daños

La Coordinadora Estatal de Trabajadores del Estado de Guerrero (CETEG) no sólo amagó con el retorno de los días de caos, violencia y toma de edificios públicos, sino que cumplió las amenazas. La sede de la Sección XIV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha sido vandalizada en al menos cinco ocasiones desde finales del 2014 y los 10 meses del 2015, el año de la ingobernabilidad.
José Luis González de la Vega Otero, secretario de Educación de Guerrero, no ha dado ni la cara para exponer cuál es la situación de un magisterio violento, radical, propenso a romper la frágil convivencia y desencadenar, otra vez, los días aciagos de revuelta, zozobra y miedo. Parece que todo se lo deja a Jorge Sotomayor Landeta, su secretario técnico, quien se ha erigido en una especie de factótum en la toma de decisiones y llenar espacios o huecos vacíos de su jefe.
El resto de los subsecretarios permanecen dubitativos, expectantes, calculando si la lumbre les llega o se salvan, en una especie de cuidar sus parcelitas, sin importarles que toda la SEG esté bajo fuego. Pareciera que la SEG está en la misma ruta de hace una década, donde veían y dejaban pasar todos los conflictos hacia Casa Guerrero.
Javier San Martín Jaramillo, dirigente formal del magisterio estatal, molesto e indignado por el vandalismo de las huestes de Arcángel Ramírez Perulero, desafió abiertamente a los radicales de la CETEG. Con un rotundo “¡Ya Basta!” les advirtió que responderán si continúan causando tropelías, destrozos y daños materiales a su sede magisterial. El encontronazo fue vía un medio que goza y disfruta este tipo de retos y bravuconadas en sus páginas.
Mientras los líderes se retaban, la SEG de González de la Vega-Otero y Sotomayor Landeta se hacía más chiquita, se encogía de hombros y petrificada miraba el rumbo que toman las amenazas a la violencia y confrontación.
En estos casi dos meses de 2018 los conflictos educativos que generan maestros por sus ausencias en aulas frente a grupo, plantones callejeros de padres de familia por las inasistencias de mentores en escuelas y la toma del edificio en Iguala “porque no respetan pactos ni acuerdos” forman parte de una descomposición dentro de la SEG donde su titular es incapaz de negociar con la CETEG que lo ha puesto de rodillas cientos de veces y un magisterio formal pisoteado y vejado ante la omisión de autoridades educativas.
Si José Luis González de la Vega quiere irse tras una diputación por el PANAL, lo mismo que el subsecretario de Educación Básica, Emiliano Díaz Román, cuyos corazones turquezas palpitan por el gusanito de la grilla ante el cúmulo de conflictos irresueltos y desgastantes que arrastra ese monstruo llamado SEG, pues que tengan tantito agradecimiento al gobernador del estado por haberles brindado una oportunidad en su gobierno, misma que desperdiciaron infructuosamente.
Digámoslo SIN MEDIAS TINTAS: Desde el titular de la SEG hasta los directores de área han sido proclives al chambismo, a conservar su cargo burocrático y a eludir cualquier riesgo que los ponga fuera de la nómina o cesantes. No se les ha visto compromiso real, auténtico, de sudar la camiseta porque a Guerrero lo dejen de atormentar dizque maistros que han hecho de la grilla, los garrotes y las piedras los argumentos para romper el orden público y desafiar a burócratas acobardados y pusilánimes que cobran bien y bonito sus altos salarios y prestaciones.
Quizá haya un mar de intereses por donde navegue esa SEG convertida en pagaduría de maestros, pero es muy distinto a que se cumplan a cabalidad las políticas diseñadas por un gobierno que pretende de buena fe y con apertura al diálogo cambiar esas “formas de lucha” aberrantes en un maestro, por una mentalidad que genere en niños y jóvenes una educación real y competitiva.
Nos leemos SIN MEDIAS TINTAS.