* Sin embargo, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa aseguró que seguirá tocando el tema de la inseguridad mientras existan injusticias

ALEJANDRO GÓMEZ

TAXCO.— El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reveló que la Secretaría de Gobernación (Segob) le pidió tanto a él como al gobernador Héctor Astudillo Flores, que ya no dieran más declaraciones sobre el homicidio de los sacerdotes Germain Muñiz García e Iván Añorve.
Sin embargo, el jerarca católico sostuvo que cuenta con su derecho de expresión y por lo tanto hablará cuando no se haga justicia porque defiende la vida de los sacerdotes, de los ciudadanos y guerrerenses, aunque eso le moleste al gobierno, ya que no permitirá injusticias.
Rangel Mendoza reveló que en los poco más de 5 años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, se han registrado 51 homicidios de religiosos, incluyendo a los dos de Taxco y uno de Ciudad Altamirano.
Dijo estar en desacuerdo que desde el gobierno se pretenda culpabilizar al obispo y a los sacerdotes de tener relaciones con personas que cometen delitos, cuando sus relaciones son apostólica y pastoral únicamente, para llevar los sacramentos, el evangelio y estar cerca de la gente.
Aceptó que por sus declaraciones y lo que ocurre en el estado si tiene miedo, pero al salir a otras entidades se siente más seguro que estar en Guerrero, incluso, al acudir a las zonas focalizadas donde se siembra la droga se siente más seguro que encontrarse en medio de soldados y policías estatales y federales.
Sugirió analizar si la situación de seguridad en Guerrero ha mejorado o no con la presencia de militares y corporaciones estatales y de la federación, porque definitivamente las autoridades saben muy bien lo que está fallando.
El obispo Salvador Rangel expuso que los políticos no son sus amigos porque éstos son amigos de conveniencia y ha visto relaciones de dolo y traición, pero se dijo dispuesto a dialogar y platicar con ellos, “cuando uno les sirve son amigos, pero cuando no lo mandan a la patada”.
Insistió en su disposición de cooperar para mediar entre los grupos del crimen para que dejen de atacarse y evitar la comisión de ilícitos, cuya iniciativa es conocida por el gobierno y no le agrada el trabajo que realiza, pero que la búsqueda de la paz y el orden es posible sin “morderse” ni lanzar culpas unos a otros.
Puntualizó que seguirá pidiendo tanto al gobernador Astudillo Flores como a la Fiscalía del estado que esclarezcan el doble homicidio de los sacerdotes y no se distraiga la atención, porque el asunto no se resolverá echando culpas mientras la inseguridad está presente en la entidad. (ANG)