* Además causó daños en sacristía y lesionó a un sacristán antes de ser sometido
Un sujeto que al parecer es un enfermo mental, irrumpió y causó destrozos en las oficinas de la sacristía de la Catedral La Asunción de María, ubicada en pleno centro de esta capital.
Alrededor de las 20:00 horas, luego de realizarse la misa, varias personas todavía se encontraban en el interior del templo, cuando un hombre ingresó por una puerta lateral y se introdujo hasta la sacristía (habitación donde se guardan las ropas y objetos necesarios para el culto y donde los sacerdotes se revisten.)
Algunos testigos informaron el sujeto intentó agredir al presbítero de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca Mayo, pero en ese momento el sacristán Antonio Aparicio Teliz, se le acercó y aunque lo detuvo, recibió varios golpes, cara y cuerpo.
Autoridades eclesiásticas y ministeriales impidieron el acceso de la prensa a dicha oficina, que al interior presentaba daños en muebles y algunos objetos, de lo cual se dijo se informaría a la Fiscalía General del Estado (FGE).
Pasó más de media hora para que arribaran elementos de la Policía del Estado y detuvieran al enfermo mental, que era sujetado por algunas personas que acudieron al auxilio.
Una veintena de católicos, entre hombres, mujeres y niños, permanecían atónitos ante el sorpresivo hecho, mientras algunos le advertían que si volvía a hacerlo lo lincharían o quemarían.
El vocero de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca Mayo, informó posteriormente que es la tercera ocasión que este hombre ingresa de esta forma, y negó que esté relacionado este hecho al contexto de agresiones que ha estado sufriendo la iglesia católica.
Sobre si el ingreso de este sujeto exhibe la vulnerabilidad de las autoridades y miembros de la Iglesia, dijo que espera que no sea de esta forma, y calificó la acción más bien como un hecho aislado.
Finalmente, el agresor fue detenido por la Policía Estatal, aunque el estado de las oficinas fue reservado, pero se pudo observar el ingreso de elementos policiacos y de la Policía Ministerial, quienes tampoco informaron nada. API