* Los sismos del 7 y 19 de septiembre, evidenciaron malas obras, corrupción y modificaciones a la naturaleza en esta ciudad colonial; ahora, cientos de familias están en riesgo

 

JONATHAN CUEVAS

 

“La ciudad de Taxco fue construida por albañiles y destruida por arquitectos”, reza un verso del cronista Juan Crisósomo, y tiene razón. Actualmente hay siete puntos de alto riesgo, producto de las malas obras, corrupción y modificaciones a la naturaleza.
Esto es tan solo en la cabecera municipal, denominada “pueblo mágico” y “ciudad luz”, por su diseño arquitectónico, donde ya hubo víctimas mortales por deslaves de cerros y omisión de las autoridades.
Además, hay pueblos que están siendo embestidos por gigantescas rocas, como El Aguacate, donde el gobierno tampoco realiza acciones de prevención.

Familias en riesgo

La última temporada de lluvias y los dos sismos de gran magnitud de septiembre, pusieron al descubierto las irregularidades que se han cometido en la construcción de viviendas y carreteras, mientras que los gobiernos municipal, estatal y federal, están poniendo en riesgo a decenas de familias.
Tras el temblor del 19 de septiembre, el gobierno municipal habilitó un albergue donde fueron ingresadas entre 60 y 80 personas de la comunidad de Marthelas, que habitaban la franja de la carretera libre.
Pero todo el pueblo se encuentra en riesgo porque un cerro se está deslavando y ha cubierto la mitad de la carretera. En el refugio ya no caben más personas. Además, a veces no les dan ni comida y son 200 familias las que requieren un lugar para vivir.
Sin embargo, no solo este poblado está en riesgo. Por ejemplo, la colonia Ruffo también se ubica en la zona de deslaves y hay unas 150 familias. Aquí, a simple vista se aprecian desprendimientos de rocas e incluso, un cerro que está prácticamente cortado a la mitad.
La señora Margarita Valle encabeza una de las familias que habitan esta zona. Vive con la incertidumbre de no saber qué pasará con su casa y, más aún, el miedo de que puedan ser aplastados por una roca o un alud de tierra.
“No tenemos ahora si quiera una respuesta satisfactoria para nosotros, al final solamente nos dan teorías de lo que puede pasar pero la realidad no la sabemos hasta después del 25 (octubre) supuestamente”, explicó.
Esa fecha, el gobierno les entregará un dictamen en el que se definirá que tan alto es el riesgo que corren, aunque evidentemente sus viviendas pueden ser sepultadas o embestidas por piedras del tamaño de vehículos o, algunas más grandes que las casas.
También se indicarían las medidas a tomar para evitar que los cerros sigan fragmentándose o, si las familias de la colonia Ruffo o el poblado de Marthelas tienen que evacuar la zona definitivamente.
“Aquí nosotros estamos sufriendo porque no pueden pasar los servicios, no puede pasar el agua, el gas, la basura, no pasa nada pero pues ahora sí que nosotros no tenemos manera sino que hasta que venga el gobierno. Según el presidente (Omar Jalil Flores Majul) quedó en que nos iba a resolver todos estos problemas, pero nomás estamos a la espera”, lamentó la madre de familia.
Cuando se le pregunta a doña Mago, si están dispuestas las familias a abandonar sus hogares por el riesgo que ahí tienen, responde que sí, siempre y cuando el gobierno les ayude a reubicarse y levantar una nueva casa.
Las casas de algunas de las personas que se fueron al albergue ya fueron demolidas porque quedaron fracturadas con el movimiento de la tierra, pero las personas que siguen habitando la zona, tienen la incertidumbre al no saber si se les ayudará a reiniciar su vida en otro lugar.

“No me tocaba”

Don Miguel Izquierdo Popoca es un mecánico con parálisis en la mitad del lado izquierdo de su cuerpo. Renta una casa junto al cerro de Monte Taxco, casi sobre la división de la carretera libre y de cuota, al norte de la ciudad, antes de la colonia Ruffo y Marthelas.
Ahí tiene su taller, justo frente al cerro en cuya cima está el mirador del hotel Monte Taxco, estructura que quedó prácticamente flotando por los desprendimientos de tierra y rocas que han rodado hasta la carretera, a las afueras de la casa de don Miguel.
El anciano recuerda que el 19 de septiembre estaba reparando un automóvil cuando empezó a temblar, por lo que salió de la casa. Sin embargo, después de un minuto arreció el movimiento de la tierra y empezaron a rodar rocas.
“Pensé en eso que dicen que cuando te toca, aunque te quites, y si no te toca, aunque te pongas, y no me tocaba porque no me llegó ninguna piedra. De que me dio miedo pues sí, uno se espanta al ver que se viene todo el piedrerío de allá arriba”, dijo.
A pesar de estar en una de las principales zonas de riesgo de Taxco, el gobierno municipal no le ha pedido que desaloje su casa. Sólo han ido a sobrevolar un dron, para revisar el cerro y corroborar que en la parte superior, hay rocas apuntó de colapsar. De hecho, una de las piedras que cayó con el sismo, es del tamaño de un Volkswagen.
Pero envalentado, don Miguel asegura que ya no le da miedo, al considerar que ya es un hombre viejo y “va de salida”, aunque luego muestra su preocupación de que el volcán Popocatépetl haga erupción, porque de ser así, generaría más movimiento en la tierra y, por su cercanía, Taxco sería uno de los municipios afectados.
“¡Haciendo erupción el Popocatépetl, ya nos jodimos. Ahí sí que me salgo, me voy a otro lado a la fregada!”, alertó el anciano.

Edificios sin castillos, sobre una falla geológica

Otra de las zonas que han sido evacuadas (tampoco en su totalidad), es la Unidad Habitacional Infonavit, donde los edificios con cinco pisos a lo alto, no tienen siquiera castillos (soportes).
Israel Castrejón González, investigador de la tierra y profesor en la Unidad Académica de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), ha detectado que los departamentos habitados en algunos casos desde 1990, muestran un verdadero riesgo de colapsar por el mal trabajo en la construcción.
Aquí las autoridades han desalojado casi en su totalidad, 24 edificios de cinco departamentos cada uno, aunque en algunos de ellos las familias siguen habitando y se les está permitiendo.
Son 120 familias a las que el gobierno del estado les está otorgando una cantidad mínima de dinero de forma mensual, como apoyo para rentar otros lugares, sin embargo, esto ha resultado insuficiente porque los arrendatarios de Taxco, tras los últimos desastres naturales han elevado las rentas entre 100 y 200 por ciento; es decir, lugares que costaban de mil a mil 200 pesos, hoy tienen un valor que va desde los 2 mil hasta los 3 mil pesos.
César David Juárez Pérez es uno de los habitantes de este sitio. Es estudiante de Ingeniería Civil en el Tecnológico de Zacatepec, y ayuda en sus investigaciones al geólogo Israel Castrejón. Juntos han descubierto la corrupción que se aplicó en la construcción de estos edificios.
César David mostró al investigador un hueco tapado con una plancha de cemento y varilla, en el que se puede apreciar una grieta que cruza bajo la Unidad Habitacional, a la que el estudiante se refiere como una falla geológica, pero, el investigador precisa que es una grieta que al parecer no muestra movimiento.
Sin embargo aclara que el riesgo está porque quienes construyeron los edificios, no dieron un tratamiento debido al subsuelo, e incluso, sólo se evitó construir en ese punto, aunque se desconoce qué tan grande es la grieta y que dirección tiene.
David afirma que se tienen pruebas de que desde que fueron habitados los primeros edificios, al inicio de los años 90’s, ya había quejas por la mala construcción, porque se trasminaba el agua en los techos y drenajes de los departamentos superiores. De hecho, hoy los edificios lucen cenizos o negros de la mayoría de sus techos y paredes, producto de la humedad.
Pero fue hasta después del sismo del 19 de Septiembre de este año que el investigador Israel descubrió que los castillos que soportan cada edificio, están huecos.
Con el temblor, uno de los castillos se abrió y se puede observar a simple vista que dentro sólo hay dos varillas, es decir, además de que no tienen concreto, solamente fueron hechos con dos, de seis u ocho varillas que debería tener, lo que pone al descubierto la corrupción, al emplear menos material del necesario.
Al descubrir esto, el profesor parafraseó el verso del cronista de la ciudad, Juan Crisósomo Estrada, que a la letra dice: “… Taxco de bellos perfiles y de diversos aspectos, que construyeron los albañiles y destruyeron los arquitectos”.
Estos edificios deben ser demolidos y construidos nuevamente con los estudios necesarios y un nuevo diseño acorde al tipo de suelo; urge el profesor Castrejón González, cuya recomendación contrasta con la del Ingeniero Roberto Arroyo Matus, asesor externo de la Secretaría de Protección Civil Guerrero, quien afirma que las estructuras pueden ser reforzadas solamente para ser habitables.
Para Israel Castrejón, el problema no es la condición del terreno en esta zona y todo Taxco; “el problema es el sistema estructural que emplearon para la edificación de estas casas”, y así, en todo Taxco.
Pero además de la corrupción y falta de estudios, el investigador precisa que la Unidad Habitacional fue levantada con características proyectadas para otras zonas del país, por lo que, no eran recomendables, funcionales o seguros para una zona altamente sísmica, como lo es Guerrero.

Tecnología de primer mundo, para Santa Prisca

Otro punto de riesgo es la iglesia de Santa Prisca, lo cual ha sido alertado también por el maestro Israel, a quien algunos funcionarios han calificado como “catastrofista”.
La catedral resultó dañada también con el sismo del pasado 19 de septiembre. Los arcos acusan agotamiento porque están fracturados; en la parte superior tienen grietas según lo que el profesor Israel pudo observar desde el interior, porque las autoridades le prohibieron subir a la cima de la Iglesia, a las torres.
No obstante, obtuvo la suficiente información para señalar que la estructura tiene que ser reforzada. Incluso, considera que se le tiene que dar prioridad por el riesgo que representa y porque, “si se acaba Santa Prisca, se acaba Taxco”, al ser el principal atractivo turístico.
La propuesta es que en el arco que se está separando a la mitad, se sujete con un tensor y cables con material y tecnología de primer mundo, que atraiga de muro a muro el eje largo de la Iglesia. No obstante, parece que las propuestas del investigador no son tomadas en cuenta.
Para ello se tiene que colocar un andamiaje o una cimbra, y anillar por fuera. Todo ello evitaría que la cúpula central sucumba en el centro, es decir, que colapse.

El suelo

Otras zonas de riesgo son las carreteras hacia Ixcateopan y Tetipac, donde los deslaves o derrumbes son constantes desde el 19 de septiembre. La gente sabe que los cerros que rodean a Taxco, o más bien, en los que está asentada la ciudad, es de cantera, un tipo de piedra difícil de romper.
Pero el profesor Israel precisa que el tipo de tierra en este municipio es arcillo-arenosa, que es función de la presencia de agua, vegetación y del tiempo, pero hay aquí los tres tipos de roca: metamórfica, volcánica y sedimentaria, lo que dificulta los asentamientos humanos.
Los siete puntos de alto riesgo en la ciudad de Taxco son: la carretera de cuota y la libre hacia Cuernavaca, la entrada norte en la parte de Monte Taxco, la carretera a Ixcateopan, la que lleva a Tetipac, el fraccionamiento Infonavit y la Iglesia de Santa Prisca.
Derivado de los derrumbes por el sismo y las lluvias, hay mil 228 viviendas afectadas en la cabecera municipal, y mismo número de familias damnificadas.

No obstante, poblaciones como El Aguacate presentan el mayor riesgo porque han empezado a rodar gigantescas rocas; una de ellas, de un diámetro de 6 metros, quedó atorada en una camioneta, a 10 metros de una hilera de seis casas. Y así, varias comunidades más, afectadas. (API)