* Monseñor Leopoldo González llamó nuevamente “a quienes perpetran el mal a la conversión. No es destruyéndonos como podemos arreglar alguna cosa; si hay inconformidad o algún conflicto, el diálogo es el camino que habremos de seguir”

 

ANA LILIA TORRES

 

ACAPULCO.— Al advertir que la violencia está generando mayor pobreza en el estado de Guerrero, por la falta de turismo y las extorsiones, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, lamentó el asesinato del exdirigente estatal del PRD, Ranferi Hernández Acevedo junto con dos miembros de su familia y su chofer.

En conferencia de prensa, el prelado católico expresó que toda pérdida humana es lamentable, pero duelen más los crímenes contra personas destacadas que luchan en el ámbito de la sociedad por el bien común, como es el caso de Hernández Acevedo.

El dirigente social fue encontrado sin vida en el interior de una camioneta incendiada, en la carretera Chilapa-Ahuacotzingo, poco antes de la medianoche del sábado, junto con su esposa, suegra y chofer.

El arzobispo dijo que sobre este hecho “quiero expresar mi dolor y mi tristeza a la familia de Ranferi Hernández” y consideró que “los asesinatos que duelen más cuando se perpetran en personas que tienen una destacada función en la vida de la sociedad y bien común”.

El clérigo dijo que hay algunos asesinatos que duelen más que otros, por la crueldad con que se hacen y otros por perpetrarse contra personas que son destacadas en la sociedad.

En el caso de los recientes asesinatos de políticos, como el exalcalde de Zitlala y ahora de Ranferi Hernández, expresó que la política es el arte de la construcción del bien común “y cuando miramos que destruyen la vida de una persona que en su expresión se mostró en la línea del bien común, es un crimen que duele más”.

“Toda muertes es para la humanidad, no sólo para nuestro pueblo, una pérdida irreparable, porque cada persona humana es única en su ser y en su proyecto de vida; cuando destruimos a una persona se destruye a alguien único, se empobrece a la sociedad y a la humanidad”, señaló.

Ante ello, monseñor González dijo, “hago un llamado de nuevo a quienes perpetran el mal a la conversión. No es destruyéndonos como podemos arreglar alguna cosa; si hay alguna inconformidad o algún conflicto, el diálogo es el camino que habremos de seguir”.

En cuanto al problema de la violencia, que sigue latente en Guerrero, expresó que este fenómeno además de la pérdida de vidas está causando un quebranto económico a las familias guerrerenses.

“Pareciera un círculo vicioso en el que la violencia ha generado pobreza; por una parte grandes recursos se invierten en seguridad social y si no tuviéramos tanto miedo, si no fuéramos una amenaza unos para otros, todos esos recursos se invertirían en gasto social para ayuda de todos”, expuso.

Por otra parte, mencionó que la economía de Guerrero, que se sustenta en el turismo estaría mejor sin la violencia, porque vendrían más turistas en un ambiente de mayor seguridad.

“Nuestra región depende del turismo, de modo que la violencia es una situación que  sangre la economía familiar”, además de que sumado a la falta de turismo “está por otra parte la extorsión que es un sangrado muy cruel a las familias, al gasto familiar”.

En conclusión, el prelado católico dijo que la pobreza es un factor que favorece la violencia porque atrae a muchas personas que buscan obtener ganancias ilícitas, de modo que es un problema real que hay que prevenir con acciones de paz en Guerrero.