* Ciudadanos esperaban con bolsas de basura para ponérselas “en su cara”, molestos por la proliferación de basureros en la vía pública

 

* El gobernador Héctor Astudillo dijo que “voy a intervenir con todo lo que esté a mi alcance” para solucionar el problema, “respetando las facultades” del alcalde “y las mías”

 

Jesús Saavedra

 

Ante la posibilidad de que ciudadanos molestos cumplieran su convocatoria de llevarle bolsas de basura a la plazoleta de San Francisco, el alcalde Marco Antonio Leyva Mena no asistió al festejo de ese tradicional barrio de la capital, al que sí acudió el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien declaró que hará lo que se encuentre dentro de sus facultades para ayudar al municipio a resolver el problema.

A Leyva Mena lo esperaron en vano varios vecinos que llevaban unas bolsas de basura para dejárselas “en su cara, para ver si así le da tantita vergüenza a éste que ha sido el peor alcalde de esta capital”, masculló molesto un señor de unos 55 años que lo esperaba ansiosamente en las inmediaciones de la iglesia de ese barrio.

Los vecinos molestos llegaron de manera espontánea para esperar la llegada de Leyva Mena, quien no asistió a la misa y a la posterior pozolada que se sirve en la plazoleta ubicada en el atrio de la iglesia de San Francisco.

A unos metros del templo católico, en el populoso mercado de San Francisco había unos ocho metros cuadrados con bolsas de basura en la vía pública y sobre la calle 18 de marzo, casi a entroncar con el encauzamiento del Huacapa, también estaba otro basurero al aire libre.

De acuerdo con autoridades de la Secretaría de Salud, la proliferación de basura en la vía pública representa un grave foco de infección para los habitantes de esta ciudad.

Para variar, el gobierno municipal autorizó por esta festividad, la instalación exagerada de comerciantes sobre la avenida Juan Ruiz de Alarcón, desde la calle Libertad hasta Valerio Trujano; en este corredor se instalan normalmente no más de 50 comerciantes y hoy supera el centenar de comerciantes que tienen que pagar 250 pesos por el metro cuadrado a los inspectores de Gobernación.

“Este es el Chilpancingo del alcalde Marco Antonio Leyva hundido en la basura, la anarquía, la podredumbre y el comercio informal, ¡qué vergüenza!”, decía desencajado el vecino de este barrio que se quedó en vano esperando la llegada del edil priista, cuya administración enfrenta en nueve meses una segunda crisis sanitaria debido a la falta de un relleno en el que se puedan depositar las más de 300 toneladas de basura que a diario se generan en esta ciudad.

Otra vecina criticó que el alcalde haya pretendido “cobrar por el servicio de recolección en el recibo del agua, si primero no ha solucionado el lugar donde se va a depositar la basura y está a la espera que todo le resuelva el gobernador, esas son chingaderas y demuestra la ineficiencia de este señor”, dijo.

Los vecinos molestos se retiraron una vez que se enteraron que Leyva Mena no acudiría al evento, al que tampoco envió a un representante.

Desde el lunes, el gobernador Astudillo Flores ya había dicho que corresponde al propio Leyva Mena y a su cabildo resolver este grave problema.

Ayer, dijo que “hay que ayudar, hemos ayudado, hay que seguir ayudando, no puedo de ninguna manera dejar solo a Chilpancingo y voy a intervenir con todo lo que esté a mi alcance, respetando las facultades (del presidente) y las mías, para colaborar (en la solución) de este problema”.

Astudillo Flores aceptó que está enterado de la inconformidad que ha provocado esta segunda crisis sanitaria en Chilpancingo, “lo escucho en todos lados y soy el más interesado en que pueda encontrar un canal de solución”, precisó.