Maquiavelicadas VS Morena

 

Felipe Victoria

 

Enrique Ochoa Reza y Claudia Ruiz Massieu contuvieron la protesta de auténticos militantes que esperaban ser candidateados a la presidencia, nadie sospechaba que les impondrían de señuelo al simpatizante externo José Antonio Meade Kuribreña con olor a PAN, ni al consentido Aurelio Nuño Mayer.

Si alguna ilusión se hicieron Enrique de Lamadrid, Eruviel Ávila, Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Enrique Miranda Nava, José Narro Robles y Luis Videgaray Caso, prácticamente se les derrumbó en esa Asamblea de disciplinados hasta la ignominia.

A Manlio Fabio Beltrones Rivera, en la lista de espera desde el 2011, le latía que no será candidateado, pero hasta el momento no quiere ocasionar un sisma partidista como el de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 para  forjar su PRD.

El PRI anda apanicado con obstaculizar que el obsesionado AMLO llegue a la Presidencia en 2018 y cualquier sacrificio es poco.

Pero no están cruzados de brazos, los inmortales consejos de Nicolás Maquiavelo en “El Príncipe”, siguen vigentes y entonces hay que dividir la votación apoyando a otros partidos e incluso a los que se declaran candidatos independientes, porque quitarán votos a López Obrador y su Morena, pues el voto duro priísta creen que sigue incólume.

Es peligroso que el tabasqueño sí gane de veras y asumiendo el poder comience una cacería de brujas, encarcelando altos exfuncionarios y decomisando sus oscuras fortunas. Pero nada esté escrito todavía y algo pudiera suceder.

En mi favorito Excélsior dijo en “Número cero” JOSÉ BUENDÍA HEGEWISCH el fragmento que les transcribo:

“Elecciones 2018, ¿entre tres?”.

“La competencia por la Silla del Águila apunta a que será entre tres y no la lucha cerrada de dos contendientes por la Presidencia, a pesar de la creciente polarización en torno a Morena que conviene perfilar al PRI”.

“La creación del Frente Opositor de PAN, PRD y MC refuerza la incertidumbre de una elección a tercios y obligará a los partidos a mover estrategias, como se vio en la crisis del Congreso y la división panista. Aunque el bloque opositor tiene grandes retos para consolidarse, su aparición recuerda que el resultado de 2018 es una moneda en el aire y ninguna candidatura es inevitable”.

“La crisis por el fiscal general al inicio del periodo legislativo coincidió con el arranque del Proceso Electoral 2018, el viernes pasado, pero no es un dato aleatorio. El conflicto refleja el reagrupamiento de grupos y fuerzas entre los partidos, luego de que la fragmentación del voto y sus implicaciones en el Edomex los convenciera de que difícilmente alguno ganará solo o se impondrá con una precaria mayoría de más del 30% de la votación. Los partidos inauguraron el año electoral con choques por la obstrucción del Congreso y acusaciones de corrupción, opacidad y violar leyes electorales, en anticipo de la cerrada competencia y la inédita concurrencia por más de tres mil 400 cargos en liza”.

“El respaldo en encuestas a AMLO como puntero, y hasta ahora único candidato seguro, es similar al mejor momento de su popularidad en 2006, tras dejar el gobierno de la CDMX, pero el contexto es otro. La dispersión del sufragio de las elecciones intermedias de 2015, el triunfo del PAN en nueve de 15 gubernaturas disputadas, la merma de casi cinco millones de votos del PRI, la caída del respaldo electoral a los tres partidos tradicionales y el surgimiento de Morena de una escisión del PRD”.

“Según la última encuesta de Consulta Mitofsky sobre ‘preferencias y escenarios para  2018’, AMLO se mantiene a la cabeza con 25.9% de votos, pero en la medición sobre alianzas el 21.2% votaría por el Frente Ciudadano, cuando apenas sale a escena, sobre un 16.4% a favor de Morena-PT y 14.8% del PRI y aliados. Parametría incluso eleva su respaldo al 32%, casi 10 puntos arriba de Morena”.

“Las alianzas de panistas y perredistas han sido una fórmula electoral exitosa para arrebatar al PRI importantes bastiones, por ejemplo, Veracruz y Chihuahua en 2017, pero políticamente ineficaz para distinguirse en el gobierno porque la alianza no ha ido más allá de las urnas”.

“Se ha tratado de uniones pragmáticas entre partidos ideológicamente opuestos, que entregan sus candidaturas a antiguos cuadros priistas con fines de sobrevivencia o de sumar votos para vencer al PRI”.

“Esta tercera opción apuesta al voto antisistema y antiPRI que hoy concentra Morena, así como al voto útil contra la permanencia del gobierno priista. Luego de verse el beneficio de la fragmentación del voto para el PRI en el Edomex, la consolidación del Frente es mayor amenaza para el PRI que para Morena, aunque dependerá del candidato”.

“La fragmentación del voto es el mayor aliado del PRI y si el Frente se consolida, su primer impacto en el escenario 2018 sería echar por tierra el modelo ganador del PRI en Edomex. También sería un obstáculo para la tentación de plebiscitar la elección en torno a Morena, y en ese sentido, sobre todo,  quitaría presión a la creciente polarización que puede hacer de 2018 una elección de materia inflamable. La moneda está más que nunca en el aire”.

Ese maquiavélico “divide y vencerás” sigue vigente en esta agonizante partidocracia mexicana.