* Marco Leva consideró que sus declaraciones y críticas contra la administración pública no tienen el sustento, ya que los problemas de la deficiente recolección de basura, la falta de agua potable y la inseguridad “son históricos”
Alondra García
El alcalde capitalino, Marco Antonio Leyva Mena, le recordó ayer al obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, que de los problemas terrenales se ocupa el gobierno, y no la Iglesia.
El sábado, el prelado católico realizó declaraciones ante los medios de comunicación en las que criticó la falta de agua potable, el deficiente manejo de la basura y la inseguridad que prevalece en Chilpancingo.
Incluso pidió a Dios que “ilumine” al alcalde priísta y que, si éste no puede con el cargo “mejor se haga a un lado”.
Este domingo, Leyva Mena le respondió al obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa en una entrevista exclusiva con “El Sol de Chilpancingo”.
“Le voy a recordar al obispo una frase bíblica: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, expresó el edil capitalino.
La frase pertenece a Mateo 22:21 y es utilizada para separar los temas terrenales de los espirituales, según la incumbencia o la competencia de las personas involucradas.
Leyva Mena dijo que “agradece al obispo las bendiciones” que le envía porque, dijo, siempre es bueno que los servidores públicos la reciban.
Sin embargo, consideró que el resto de sus declaraciones y críticas contra la administración pública no tienen el sustento suficiente, ya que los problemas de la deficiente recolección de basura, la falta de agua y la inseguridad “son históricos”.
“Él acaba de llegar al estado, a la ciudad. Quizá no sepa que esos problemas son de hace 12 años. El señor obispo tendría que revisar este tipo de situaciones para saber cuál es su origen. No son nada fáciles y estamos tratando de resolverlos”, comentó.
El alcalde, de filiación priísta, aclaró que no quiere “ningún tipo de problema” con el obispo Salvador Rangel Mendoza.
“Yo lo que quiero es amor y paz. Como dijeran en el movimiento de los 60’s, hacer el amor y no la guerra”, reiteró.
Respecto al problema de la basura, aseguró que el gobierno capitalino “está en la ruta de la compra de un terreno” para la construcción del nuevo relleno sanitario y que el cabildo está por decidir la empresa que se encargará de procesar los desechos.
También agradeció que el obispo Salvador Rangel estuviera de acuerdo en el cobro de un nuevo impuesto de 15 pesos para mejorar el servicio de recolección de basura, algo que finalmente no prosperó.
Marco Antonio Leyva Mena reconoció que existen problemas en el servicio de distribución de agua potable, lo que afecta a miles de ciudadanos, incluido el obispo.
“Lamento mucho que el agua le llegue cada tres meses al obispo”, expresó el alcalde.
El motivo, explicó, es que desde hace 20 años Chilpancingo se abastece de tres fuentes principales, que en la actualidad sólo alcanzan a abastecer el vital líquido para dar una cobertura al 60 por ciento de la población.
Anunció que entre marzo y abril de 2018 mejorará el servicio, porque actualmente se están ejecutando obras que incrementarán 100 litros por segundo más de agua potable.
En lo que respecta al tema de la inseguridad, Leyva Mena reconoció que el obispo tiene más información que él.
En las declaraciones del sábado ante los medios de comunicación, el prelado católico advirtió una escalada de violencia, secuestros y extorsiones, porque un grupo criminal se quedó sin dinero debido a la destrucción de sus campos de amapola.
“Sobre esas declaraciones, desconozco cuál sea el origen”, comentó el presidente municipal de Chilpancingo. Sin embargo, consideró “importante que la Fiscalía platique con él”.
“Es importante escuchar la voz del obispo y de cualquier otro ciudadano, para que estemos preparados para enfrentar las cosas que él dice que se vienen”, reflexionó Leyva Mena.