G13051653.JPG CHILPANCINGO, Gro. Interview/Entrevista-Salvador Rangel.- Entrevista con monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, para el periódico EL UNIVERSAL. Foto: Agencia EL UNIVERSAL/JMA

* Lo ha hecho para salvar a cuatro sacerdotes que habían sido amenazados de muerte, asegura

 

Alondra García

 

Después de admitir que su vida corre peligro por denunciar que “muchas veces las autoridades están coludidas con la delincuencia”, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, afirmó que él ya ha dialogado con el 80 por ciento de los grupos delictivos que operan en las regiones Centro, Montaña baja y Tierra Caliente, para rescatar a cuatro sacerdotes amenazados de muerte.

En entrevista con El Sol de Chilpancingo, aseguró que derivado de este diálogo no ha recibido ninguna advertencia, amenaza ni amedrentamiento por parte de los grupos criminales.

En cambio, dijo, sí ha recibido “regaños” de parte del secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame; del fiscal Xavier Olea Peláez y de varios diputados locales.

“Ustedes saben cómo me han tratado últimamente las instituciones. Por lo menos me acusan de exhibicionista y cosas por el estilo, pero yo en mi conciencia de obispo católico he denunciado varias situaciones de las que no estoy de acuerdo”, comentó.

Porque, dijo, “el papel de la iglesia debe ser ese, denunciar el mal con nombre y apellido”.

El prelado católico reconoció que “corre peligro por denunciar”, y que “muchas veces las autoridades están coludidas con la delincuencia”.

Por tal motivo, señaló que ha tratado de realizar su labor “con prudencia, como decía el mismo Jesús, astutos como serpientes y mansos como palomas”.

“Yo no me puedo callar. Tengo que denunciar en nombre de la gente y como yo veo las cosas. Yo ando en todos los rincones de la Diócesis escuchando a la gente, escuchando a los sacerdotes y eso me da la ocasión de opinar, porque estoy conociendo la realidad”, aseveró.

-¿Con cuántos grupos delictivos se ha reunido?, se le preguntó.

-Eso no lo puedo decir simplemente por seguridad, pero vamos a decir que casi con el 80 por ciento, contestó Rangel Mendoza.

-¿Con cuáles grupos criminales?, se insistió.

-Digamos que en la parte de la sierra me he reunido, en la parte oriente también, sólo con uno de ellos, en la parte Norte no he podido entablar relaciones, respondió sin atreverse a revelar los nombres de los grupos.

-¿Por qué no se ha podido reunir con el grupo de la región Norte?

-No hemos tenido la oportunidad.

-¿Por qué decidió reunirse con la delincuencia?

-Yo me he visto con estas personas porque nos hemos visto involucrados con problemas como sacerdotes amenazados. Es por lo que yo he ido a verlos, para lograr un diálogo con ellos, para que respeten a los sacerdotes, a los catequistas, a los seminaristas, a las religiosas” explicó el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.

Recordó que hace tres años “un grupo de narcotraficantes” asesinó al sacerdote ugandés John Ssenyondo.

También indicó que en el periodo que él ha estado al frente de la Diócesis, cuatro sacerdotes han sido amenazados por la delincuencia organizada.

“Yo he ido a ver a estas personas para pedirles eso, que respeten la vida de los sacerdotes y no provoquen un problema más”, expuso.

Recientemente, Rangel Mendoza hizo un llamado a las autoridades para que platiquen “por debajo de la mesa” con los grupos criminales, con el objetivo de minimizar los niveles de violencia en la entidad.

Hasta el momento, dijo, no sabe “si este diálogo se esté dando”, pero insistió en que será la única vía para lograr la paz.

Incluso recordó el caso de Colombia, donde se puso fin a 50 años de guerrilla y narcotráfico a través del diálogo.

-¿Se ha logrado la conversión de algún delincuente gracias al acercamiento de la Iglesia Católica?, se le inquirió.

-Yo lo que he hablado siempre de la delincuencia aquí en Guerrero es que no son tan feroces ni tan radicales como en otros estados. Los asesinatos normalmente han sido ajustes de cuentas y desacuerdos entre ellos. La mayoría de ellos son creyentes y necesitan una orientación, un consejo. Ellos también bautizan, se casan, hacen la primera comunión, explica.

-¿Pero hay por lo menos algún sicario que se haya arrepentido y decidiera dejar de matar?, se insistió.

-Yo hablé con un sicario y yo le decía procura no matar, procura, tú simplemente has el esfuerzo y ese señor me contestó: cuando no sea necesario no lo voy a hacer. Por lo menos ya es un poquito, es una pequeña esperanza. No vamos a cambiar en días una situación que es de mucho tiempo. Por lo pronto hay una gran ventaja, que nos podemos acercar, que podemos dialogar. Para mí es algo maravilloso ir a esos lugares con toda confianza y con toda tranquilidad. Me da más miedo encontrarme con los institucionales que con estas personas, expuso.