Pedro Joaquín Coldwell, ¿posible candidato?

 

Felipe Victoria

 

Este 5 de agosto cumple 67 años el chamaco más aplicado de las primarias de Quintana Roo, en 1962, premiado por el presidente Adolfo López Mateos junto al niño de Sonora, Luis Donaldo Colosio Murrieta, y los de los demás estados.

Disfruté también del evento y el viaje por La Ruta de Hidalgo en el inicio de la guerra de Independencia. La vida nos reencontró en el PRI y antes en la Universidad Iberoamericana estudiando Leyes con Pedro o en otras partes con Luis Donaldo.

Ocurrida la tragedia de Tijuana, en 1994, propusieron a Pedro Joaquín Coldwell como candidato sustituto, pero su padre Don Nassim Joaquín Ibarra se opuso terminantemente; acababa de perder 81 millones con que salvó el inicio de la campaña de Colosio y no quería además perder a su hijo.

A Colosio, para forzarlo a renunciar, le quitaron recursos para su campaña y se los reasignaron a Camacho Solís para la paz y la reconciliación en Chiapas; don Nassim Joaquín apoyó a Colosio para seguir adelante.

El complot abrió la oportunidad de Joseph Marie Córdoba Montoya para imponer a Ernesto Zedillo en el desayuno organizado en una casa de Manlio Fabio Beltrones.

A 23 años de distancia y en la crisis del PRI, el militante tricolor más sólido y experimentado, con enorme trayectoria, del que pudieran echar mano para postular un candidato fuerte para atajar la llegada de López Obrador a Los Pinos, sería ni más ni menos Pedro Joaquín Coldwell. Felicitaciones por cumplir 67 añitos apenas.

Juan Bustillos Orozco impacta con sus artículos como este de ayer, va un fragmento:

“En plenas mini vacaciones, Luis Videgaray me recordó a Confucio por aquello de que pueblo que no conoce su historia está condenado a repetir sus errores, pero también a Manuel Camacho cuando, dos días antes de la ejecución de Luis Donaldo Colosio, en Lomas Taurinas, salió con la novedad de que olvidaba la candidatura presidencial que creía merecer para trabajar por la paz en Chiapas”.

“Ayer, el secretario de Relaciones Exteriores (posición de la que, por cierto, con el pretexto de concertar la paz con el subcomandante Marcos, salió Camacho para protagonizar una candidatura paralela a la de Colosio), repitió la historia: no está interesado en la candidatura presidencial porque lo suyo es la renegociación del Tratado de Libre Comercio con Trump”.

“Videgaray miente hoy; Camacho mintió ayer.”

“Camacho fue un político brillante (tanto que creyó haber inventado el salinismo, como Videgaray cree haberlo hecho con el peñismo) que no pudo perdonar a Carlos Salinas que resolviera su sucesión presidencial con el corazón a favor de un personaje al que consideraba menor, como lo fue ‘Pelo chino’ en la Subsecretaría de Programación y Presupuesto, en donde Manuel lo tuvo de subalterno antes que el sonorense optara por ser diputado por su pueblo para terminar siendo coordinador de la campaña de Salinas, presidente del PRI, secretario de Desarrollo Social, candidato presidencial y asesinado”.

“Videgaray parece repetir el rol de Camacho a destiempo, pero es una impresión engañosa. Lo hace en vísperas de la renegociación del TLC, una especie de guerra declarada a Peña Nieto por su homólogo del país del norte, en la que el papel del obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz, lo desempeña el yerno de Trump, Jared Kushner, aunque parezca herética la comparación”.

“La proclamación de la abstención de Videgaray en la sucesión del 2018 merece ser registrada para la historia, como ocurrió con la de Camacho en la víspera de la muerte de Colosio: ‘No está en mis planes, no voy a participar (en el proceso electoral de 2018), es una decisión personal, pero además es una decisión indispensable para poder hacer bien mi trabajo, particularmente para enfrentar con éxito el reto de una negociación importante con Estados Unidos respecto al TLC, lo cual sería incompatible con estar haciendo política y estar buscando una candidatura. Mejor me dedico a hacer bien mi trabajo’”.

“Es tan igual el discurso de Videgaray al de Camacho que no puedo resistir la nostalgia; incluso, conozco camachistas que hasta una lágrima derramarán”.

“Más allá de lo que diga el presidente Peña Nieto, de lo que piensen los priistas o lo que haya decidido Luis, lo cierto es que al menos en esta sucesión, tiene las mismas oportunidades que Camacho en su momento; de hecho, son menos”.

“Lo sea o no, Videgaray es considerado el villano del sexenio por la Reforma Fiscal, más allá de que sea el inspirador de todas, como dejó creer al mundo cuando Peña Nieto las propuso al PRI, PAN y al PRD, y porque ha promovido o dejado correr la versión de que el gobierno mexicano no funcionaría sin él”.

“Vaya es de tal suerte indispensable que incluso el presidente tuvo que rectificar después de aceptar su autoinmolación por aconsejar la invitación al candidato Trump a dialogar en Los Pinos, dado que era el único que tenía y tiene un puente tendido con el nuevo gobierno norteamericano”.

“El episodio histórico actual se parece en mucho al de 1994, con excepción, claro está del magnicidio. Pero en aquel entonces Salinas sacó como pudo a Ernesto Zedillo a pesar del peso específico de sus contendientes, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos”.