* En el “Día del Comerciante”, locatarios del mercado “Baltasar R. Leyva Mancilla”, piden paz y justicia por sus compañeros asesinados
Alondra García
Locatarios del mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla” celebraron ayer el Día del Comerciante con una misa católica en la que pidieron por la paz y por sus compañeros asesinados.
La celebración religiosa estuvo presidida por el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien durante el sermón convocó a los comerciantes a unirse y a luchar junto con las autoridades para construir la paz.
Rangel Mendoza reconoció que él mismo se ha sentido “como aplastado al saber que arriba de ustedes y nosotros hay otras organizaciones a las que no les interesa que haya paz, donde se van buscando fines económicos”.
Ante tal impotencia, dijo, lo mejor que los católicos pueden hacer es “echarle un gallo más grande” a los delincuentes: “Dios mismo, que puede mover los corazones y cambiar las situaciones”.
“Nosotros aquí en el mercado y aquí en Chilpancingo somos simplemente hormiguitas, pero tenemos una botota encima de nosotros: las grandes mafias. Y no voy a hablar más, si no, no salgo del mercado”, expresó.
Asimismo, sugirió a los comerciantes de la principal central de abastos de Chilpancingo la instalación de cámaras de videovigilancia para “ver quién entra y quién sale”, porque, dijo, “ya van varios difuntitos”.
“Vamos a pedir al Señor que nos dé paz en Guerrero, en Chilpancingo, en este mercado”, expresó el prelado católico en la misa que se desarrolló en el área de descarga del mercado, en el que han sido asesinados 13 comerciantes en lo que va del año, un promedio de dos homicidios cada mes.
Rangel Mendoza advirtió que en la sociedad “siempre va a haber gente buena y gente mala”, con la que hay que convivir.
“No vamos a convivir los buenos de un lado y los malos del otro. No. Está revueltita la cosa”, expresó.
Por ello, dijo que es necesario “buscar la paz y correr tras ella”, tal como indica el Salmo 53.
“La paz no existe, la paz hay que construirla todos los días, a cada momento. Hay que guardar ese equilibrio y hay que fomentarla con actos para poder guardarla (…). Hay que meternos en la cabeza, meternos en el corazón, que la paz la tenemos que construir todos, desde las autoridades civiles, la sociedad civil, nosotros como Iglesia Católica y todas las iglesias, cualquier rito. Y los del mercado y los del zócalo y los de las colonias y los de las combis”, expuso el obispo.
Además, dijo, es necesario “pedirle a Dios con humildad que nos conceda el gran don de la paz” y “educar en la paz” desde la familia, la escuela y la sociedad.