Alejandro Mendoza
En los primeros días de este año, el Comité Ejecutivo Estatal del PRD dio a conocer su Plan Anual de Trabajo con muy buenas intenciones y pronósticos de cara al proceso electoral del 2018.
Y aunque, en su presentación de argumentos, enfatizó la necesidad de una “probable” coalición con los partidos de izquierda, lo cierto es que la elección pasada del Estado de México evidenció más la posibilidad de una alianza con el PAN.
Quiero textualmente escribir lo que desde la dirigencia estatal del PRD era la mejor perspectiva rumbo al 2018, en ese entonces, a pesar de lo que ha acontecido a lo largo del año en el tema político electoral nacional en donde pareciera que se afianza la coalición PRD-PAN con el llamado Frente Opositor contra el PRI, ante la negativa de Andrés Manuel López Obrador de una coalición entre Morena y PRD, y menos con el PAN.
Se pensaba entonces sobre las expectativas para Guerrero, lo siguiente: En la ruta hacia el proceso electoral del 2018, el PRD tiene la oportunidad de emprender durante 2017 una planeación estratégica que le permita definir acciones que nos lleven a lograr una mayoría perredista en los espacios de representación popular que se disputarán y pintar el mapa geopolítico de Guerrero.
Al tratarse de una elección donde confluyen la elección presidencial, diputaciones federales y senadurías de la República, así como la renovación de alcaldías y el Congreso local, “es importante advertir que el mejor escenario para el PRD será a través de la unidad de las izquierdas para no poner en riesgo a nuestros candidatos”.
Y aunque esa decisión se tomará a través de un Congreso Nacional, en los meses previos a la definición “será necesario realizar un gran trabajo para consolidar el crecimiento de nuestros activos políticos y preservar la unidad entorno a nuestro partido, salir fortalecidos de cara a las negociaciones en una probable alianza con los partidos de izquierda”.
Otro elemento a considerar es el mandato constitucional para hacer valer la equidad de género en las candidaturas, en donde el 50 por ciento de las nominaciones para las diputaciones locales, las alcaldías, sindicaturas y regidurías, serán asignadas para las mujeres.
La elección para renovar la alcaldía del municipio de Acapulco, “será una de las más importantes ya que representa el 25 por ciento del padrón electoral; Acapulco tiene una gran visibilidad nacional, refrendar el triunfo es prioridad para el PRD”.
De igual forma, “tendremos que establecer estrategias regionales para fortalecer a nuestros gobiernos perredistas, así como desplegar un mayor activismo opositor en donde gobiernan otros partidos políticos”.
En el plan de trabajo del año 2016, se planteó la necesidad de establecer una adecuada coordinación entre la dirigencia del PRD en Guerrero con nuestros alcaldes y legisladores; “y en 2017 se acentuará la importancia de coincidir en una misma línea política para expresar con contundencia y respetando nuestros principios, los posicionamientos sobre los temas prioritarios de la agenda pública”.
En 2017 “caminaremos juntos Comité Ejecutivo Estatal, diputados federales, diputados locales, alcaldes, síndicos y regidores, en una misma identidad, al lado de la sociedad de Guerrero, actuaremos en respaldo de los movimientos sociales, reconociendo nuestro carácter opositor a un régimen que, al paso de los meses, ha demostrado que no es capaz de llevar a la entidad por mejores estadios”.
Además, se planteó la necesidad de reconocer las diferencias que enriquecen al PRD, “pero establezcamos una ruta de trabajo en torno a nuestras coincidencias”.
Una de las tareas permanentes se enfatizó era la estructura y militancia del PRD, sobre todo que la estructura orgánica estuviera funcionando al 100 por ciento. “Desde el nacimiento de nuestro instituto político, no se ha contado con una estructura acabada, en muchos casos, esto nos ha costado fracasos electorales”.
Las buenas intenciones también se proyectaron en temas como formación y capacitación política, liderazgo e identidad partidaria, cultura democrática y políticas públicas, políticas de alianzas, gobiernos emanados del PRD, equidad y derechos humanos y posicionamiento de imagen.
En cuando a las acciones rumbo al 2018, el 2017 es un año estratégico para ratificar al PRD como la principal fuerza de Guerrero, por lo que entre los objetivos se tendrá que “acentuar los acercamientos con los partidos de izquierda en el estado” y “los municipios de Acapulco, Zihuatanejo, Ometepec, Tlapa, Chilpancingo, Iguala, Taxco, Pungarabato, Chilapa, Teloloapan, serán de carácter estratégico para el partido”.
El 2018 se gana en 2017, lapidó el PRD en su documento, pero hoy en el escenario nacional parece más viable la coalición del PRD con el PAN y no con los partidos de izquierda. Contexto que mete al PRD en el estado de Guerrero en una perspectiva complicada, considerando que el voto de la izquierda será dividido en el momento en que Morena-PT lancen a sus propios candidatos beneficiando aparentemente al PRI. Pero la competitividad del PRD dependerá de los candidatos que postule.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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