* Salvador Rangel, responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, asegura que él ha tenido diálogo directo con líderes de varios grupos criminales

 

* Dijo que “por debajo de la mesa ya hay arreglos” entre autoridades y grupos criminales, pero no “lo quieren decir” porque “en el fondo hay cierta repetición de dividendos”

 

REDACCIÓN

 

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, afirmó que podría servir de interlocutor entre las bandas del crimen organizado y el Gobierno, “si las autoridades lo solicitan”, en un eventual diálogo que tenga como intentar sofocar el clima de violencia que prevalece en la entidad.

En declaraciones que hizo a la agencia API, el prelado católico dijo que “una de la tácticas eclesiales es el diálogo, y si acaso las partes lo solicitan, yo estaría dispuesto a dialogar para lograr que Guerrero viva más en paz”.

Como lo ha dicho en varias ocasiones, Rangel Mendoza reiteró que el gobierno “conoce y sabe bien quiénes son y dónde están” los líderes de los grupos delictivos que siembran terror en las principales ciudades del estado, pero consideró que “no hay voluntad mientras se sienten por el lado derecho con la ley en la mano”.

Aseguró que “por más malos que sean” los líderes de las organizaciones criminales, “tenemos que escuchar sus razonamientos”.

El obispo insistió en que “por debajo de la mesa ya hay arreglos” entre autoridades y grupos criminales, “ello ya se entiende y públicamente no lo quieren decir”, porque “en el fondo hay cierta repetición de dividendos”.

Aseguró que “la violencia sigue porque no la quieren aplacar, porque no quieren dialogar, el narcotráfico es un gran negocio y si hay acuerdos no conviene que el negocio se acabe, más o menos es lo que yo alcanzo a ver”.

Rangel Mendoza explicó que ante las amenazas a sacerdotes, se vio en la necesidad de entablar un diálogo con varios grupos del crimen organizado que operan tanto al oriente como al poniente del estado, aunque por seguridad negó el sitio y los nombres de los grupos delincuenciales.

“Me vi en la necesidad de hablar con estas personas, ya que algunos sacerdotes estaban siendo amenazados por el crimen organizado, tuve que buscar y desplazarme donde se encontraban y me atendieron muy bien, tenemos que abrir el diálogo”, reveló.

“Fue el motivo por el cual yo me acerqué a estas personas, así como para ayudar a los sacerdotes y a las religiosas, a los catequistas y los seminaristas y por medio de ciertas personas yo me estoy comunicando con ellos”, sostuvo.

Refirió que inclusive en algunos conflictos armados como Petaquillas y Tierra Colorada, ha intervenido y dialogado para apaciguar y generar condiciones de tranquilidad para los ciudadanos y que incluso les ha solicitado que no secuestren o asesinen.

Dijo que “ellos siempre me responden y me dicen que son narcotraficantes, pero no sicarios; además, muchas personas me han dicho que están a gusto con este tipo de personas porque les dan protección y viven en paz”.

Rangel Mendoza reveló que se ha reunido con líderes de varios grupos delictivos y recordó que “por ejemplo en la sierra me he reunido con cuatro, en la parte oriental hay otro grupo, así como con los del sur”.

Lamentó que este diálogo no se ha podido dar con todos los grupos delictivos: “me falta un grupo con el que no he podido acercarme en la zona Norte, ni ellos tampoco; pero con un 80 o 70 por ciento de los grupos ya hemos estado dialogando”.

En el caso de Chilpancingo dijo que no se trata de un solo grupo puesto que varios se disputan el territorio, y subrayó que los más peligrosos son “los seudogrupos, que le hacen al narcotraficante y al secuestrador”. (Con información de API)